Los líderes irakíes
temen que el país se esté deslizando rápidamente hacia una nueva guerra
civil “peor que la de Siria". Los habitantes de Bagdad están haciendo
acopio de arroz, verduras y otros alimentos en previsión de que no
puedan acceder a las tiendas por causa de combates o toques de queda.
"Es un error decir que nos estamos acercando a una guerra civil", dijo
un político irakí. "La guerra civil ya ha estallado". Lo confirma
el fuerte aumento del número de personas que han muerto víctimas de la
violencia política en Irak durante el mes de abril. La ONU afirma que el
mes pasado murieron más de 700 personas, la cifra mensual más alta en
cinco años.
La situación se ha agravado repentinamente tras la
muerte de al menos 36 manifestantes árabes sunitas en una sentada que se
realizó en Hawiyah el 23 de abril. Un observador en Bagdad que no quiso
ser identificado dijo que "desde entonces la gente de Hawiyah teme que
swe repitan las masacres de 2006". Añadió que suníes y chiíes evitan
entrar en las áreas de la comunidad contraria. Los signos de deterioro
de la seguridad son visibles en todas partes. Al-Qaeda mostró su alcance
el lunes, cuando cinco coches bomba explotaron en el sur de Irak,
abrumadoramente chiíta, causando 21 muertos. El grupo fundamentalista
sunita, que vivió un resurgimiento en 2012, es responsable del asesinato
de la mayor parte de los casi 1.500 irakíes que han perecido por causa
de la violencia política en lo que va del año.
Sus miembros son
ahora capaces de moverse libremente por la provincia de Anbar, donde
hace un año eran un movimiento clandestino secreto. En la vecina Kirkuk,
la semana pasada al-Qaeda se apoderó de la ciudad de Sulaiman Bec, mató
al jefe de policía, tomó al asalto la comisaría y se marchó con sus
armas tras acordar una tregua con el ejército irakí.
Los
habitantes de Bagdad dicen que los soldados, que según ellos serían
milicianos chiítas de uniforme, se han concentrado en masa alrededor de
enclaves suníes de la ciudad y que están estableciendo puestos de
control. Los recuerdos de la guerra civil sectaria de 2006 y 2007,
cuando el peor mes arrojó un balance de 3.000 personas masacradas,
pueden estar exacerbando el sentimiento de amenaza, pero los viejos
odios están despertando. En el pasado el objetivo de las bombas por lo
general han sido los chiítas, pero en las últimas semanas se están
dirigiendo contra mezquitas y cafeterías sunitas. "Antes podíamos
escapar a Siria, pero con la violencia en ese país, ¿a donde vamos ir?",
preguntó un irakí. "No hay manera de salir".
La respuesta del
gobierno del primer ministro Nouri al-Maliki es titubeante. Respecto al
movimiento de protesta iniciado hace ya cuatro meses por parte de los
árabes sunitas —una quinta parte de la población de Irak— que protestan
por considerar que se los trata como a ciudadanos de segunda clase, la
respuesta [del gobierno] oscila entre denunciarlos como terroristas y
asmitir que sufren agravios reales. El gobierno ha cerrado la carretera
principal que une Irak y Jordania, y los sunitas afirman que es un
castigo colectivo para su comunidad. En general, Maliki ha errado en sus
cálculos al creer que jugando con los tiempos las protestas sunitas
acabarían extinguiéndose y él sería capaz de dividir a los líderes
sunitas con promesas de dinero y empleos.
Las manifestaciones
sunitas, que a menudo adoptan la forma de sentadas en las plazas de
pueblos y ciudades, están siendo vigiladas por combatientes bien armados
que establecen sus propios puestos de control. El pasado fin de semana,
en las inmediaciones de una protesta iniciada en Ramadi, la capital de
Anbar, en uno de eso puestos de control detuvieron a un automóvil en el
que viajaban cinco soldados irakíes vestidos de civil sospechosos de ser
agentes de inteligencia. Los mataron a los cinco. El gobierno irakí
depende de una alianza entre chiítas y kurdos, que antes de la invasión
estadounidense de 2003 eran oprimidos por el régimen sunita de Saddam
Hussein.
En estos momentos esa alianza está desmoronándose y es
mucho más débil que antes. El año pasado el ejército irakí y las tropas
kurdas (peshmerga) se desplegaron en masa para enfrentarse mutuamente
en una amplia franja de territorios en disputa conocida como "la línea
del gatillo".
Una delegación kurda encabezada por el Primer
Ministro del Gobierno Regional del Kurdistán (GRK), Nechervan Barzani,
se plantó en Bagdad para discutir una serie de asuntos polémicos como la
seguridad, los campos petrolíferos y la parte del presupuesto federal
que corresponde a los kurdos. Maliki ha prometido visitar el GRK dentro
de diez días y los ministros kurdos están levantando su boicot al
gabinete, pero los kurdos no esperan avances en la mayoría de las
cuestiones en disputa.
EN relación con la incipiente rebelión
sunita, Fuad Hussein, jefe de gabinete del Presidente del KRG Massoud
Barzani, afirmó que "la parte occidental del país está alzada contra el
gobierno. No queremos tener aquí una segunda Siria pero caminamos en esa
dirección. El fuego es muy vivo y no tenemos muchos bomberos”. Cree que
la actual crisis es peor que las anteriores porque no hay nadie que
actúe como mediador.
Los últimos soldados estadounidenses se
marcharon a finales del 2011, el presidente Jalal Talabani está enfermo
en un hospital en Alemania, y los kurdos están demasiado reñidos con
Bagdad como para desempeñar un papel moderador entre chiítas y sunitas.
El señor Hussein teme que si la crisis actual se agrava no habrá nada
que pueda evitar que Irak explote en un baño de sangre.
Las
crisis de Irak y Siria se están infectando mutuamente. El levantamiento
de los sunitas sirios que ya dura dos años alentó a sus correligionarios
irakíes, con los que comparten frontera común, a que iniciaran sus
propias protestas. Estas comenzaron en diciembre pasado y hasta que el
ejército mató e hirió a decenas de manifestantes en Hawiyah, fueron
pacíficas en su gran mayoría.
Lo ssuitas irakíes sacaron fuerzas del hecho de que, aunque son una minoría en su propio país, son mayoría en la región.
Las revueltas en los dos países corren cada vez más en paralelo. El mes
pasado Al-Qaeda en Irak anunció que había fundado el Frente al-Nusra,
la fuerza militar rebelde siria más eficaz, asignó la mitad de su
presupuesto a apoyarla y envió a Siria a experimentados combatientes
como refuerzo.
Cuando algunos soldados del gobierno sirio que
huyeron a Irak en marzo estaban siendo repatriados a Siria, unos 47 de
ellos fueron emboscados y asesinados en Akashat, cerca de la frontera
con Siria. Los rebeldes afirman que el gobierno irakí controlado por los
chiíes está incrementando su apoyo al presidente Bashar al-Assad. La
semana pasada los rebeldes informaron que un avión de la fuerza aérea
irakí bombardeó sus fuerzas en Deir Ez-Zhor, al este de Siria.
Lo más probable es que se tratara de un avión sirio que penetró
fugazmente en el espacio aéreo irakí, aunque el gobierno de Bagdad no
publicó ningún desmentido inmediato. Voluntarios chiítas irakíes han
viajado a Damasco para defender el santuario chií de Al Sayeda Zaynab,
pero su número es desconocido. Los EEUU afirman que aviones iraníes
transportando armas para las fuerzas de Assad vuelan regularmente por
todo Irak.
Los líderes irakíes en Bagdad y Erbil están
convencidos de que toda la región está a punto de estallar en una guerra
sectaria entre sunitas y chiítas. En este conflicto Irán e Irak se
encontrarán en minoría.
Mahmoud Othman, veterano líder y
parlamentario kurdo, cree que el gobierno de Bagdad tiene una idea
exagerada de sus propias fuerzas y subestima hasta qué punto el
entorno internacional le es hostil. Dice: "Les recuerdo que de los 56
Estados islámicos que hay en el mundo sólo dos son completamente
chiitas".
Muchos políticos irakíes culpan al señor Maliki de
exacerbar la crisis. Como líder del partido religioso chiíta al-Dawa,
ostenta el cargo de primer ministro desde 2006, cuando fue elegido por
el embajador estadounidense Khalilzad Zilmay por ser el líder chiíta más
aceptable para los EEUU y también por mantener buenas relaciones con
Irán.
EEUU e Irán han sido cruciales para que siga ocupando su
cargo, aunque un diplomático británico comentó más tarde que no haber
vetado la reelección del señor Maliki ha sido el peor error de EEUU y
Gran Bretaña.
En sus primeros años en el cargo Maliki adoptó un
enfoque más inclusivo y conciliador con respecto a los árabes sunitas y
a los kurdos. Ello fue debido en parte a la presión estadounidense.
Pero Maliki se ha asegurado el apoyo electoral que necesita para seguir
siendo el principal líder chiíta convenciendo a los votantes chiítas de
que él y su partido son la barrera que impide al partido Baath ejecutar
una contrarrevolución que desaloje del poder a los chiítas.
Jugar la carta sectaria también tiene la ventaja de hacer que sea la
seguridad, y no la corrupción generalizada del gobierno, o la ausencia
de servicios [públicos], el principal problema para la mayoría chiíta.
La mentalidad de Maliki se asemeja a la de un hombre de seguridad dentro
del altamente centralizado y autoritario partido Dawa, similar en
muchos sentidos a una versión chiíta del Partido Baath de Saddam
Hussein.
Al consolidar su apoyo entre los chiítas, Maliki ha
alienado permanentemente a los sunitas, que recelan de él. "Puede que se
haya ganado a los chiitas, pero ha perdido Irak", dijo Ghassan
al-Attiyah, un analista político de Bagdad.
Ghassan opina que
la clave para desactivar la actual crisis es que Maliki dimita y sea
sustituido como primer ministro por una figura más neutral hasta las
elecciones parlamentarias del próximo año.
No es probable que
ocurra. Los chiítas de Irak sospechan que puede estar llegando el
momento de tener que luchar por su propia existencia. Es posible que
esos temores sean exagerados y estén deliberadamente inflados por el
gobierno, pero garantizan la base política de Maliki. Los iraníes
abrigan sobre él dudas que expresan abiertamente, pero no quieren verlo
desplazado mientras luchan para salvar a su aliado en Siria.
Creen que en estos momentos los chiítas deben permanecer unidos. Las
revueltas de Siria e Irak están confluyendo y están provocando unos
resultados explosivos para Irak, la región y el mundo. Un Irak que ha
alcanzado la estabilidad hace poco timpo está volviendo a la
inestabilidad. Tan solo hace dos meses los manifestantes sunitas
coreaban: "Maliki o Irak". Ahora gritan: "¡Guerra! ¡Guerra!".
"Los irakíes se enfrentan a la terrible posibilidad de más violencia '
Paul Bremer
Administrador estadounidense de Irak, 2003-04
“Los acontecimientos en Irak son motivo de preocupación. Los
extremistas islámicos de Al Qaeda en Irak (AQI) habían sido
sustancialmente derrotados por los refuerzos de tropas estadounidenses.
La clave del éxito fue la constatación por parte de los sunitas irakíes
de que compartían el mismo objetivo que su gobierno y los
estadounidenses: derrotar a esas fuerzas antidemocráticas. Pero la
retirada de nuestras fuerzas a finales de 2011 emitió una señal
inequívoca —al gobierno irakí, a muchos sunitas irakíes y, lo más
importante, a al-Qaeda— en el sentido de que que a pesar de los enormes
costes en sangre y dinero, EEUU se disponía a poner fin a su
intervención en Irak. Esto abrió la puerta para que AQI reanudara sus
brutales ataques contra el pueblo irakí y provocó respuestas cada vez
más duras por parte del gobierno irakí. El desbordamiento de la
violencia siria ha exacerbado la situación”.
Alistair Burt
Ministro [británico] de Asuntos Exteriores para Oriente Medio
“La violencia en Irak durante la última semana es motivo de gran
preocupación. La gran mayoría de los irakíes no quieren volver al
conflicto sectario del pasado, sino que quieren construir un país
estable, próspero y democrático. Es vital que todos los líderes
políticos y religiosos actúen con responsabilidad para impedir el
deterioro de la situación e iniciar un proceso inclusivo y pacífico que
responda a las demandas de todos los sectores de la sociedad irakí. Son
de agradecer las señales de que hay quienes están dispuestos a hacerlo,
pero ello requerirá un esfuerzo concertado de todas las partes”.
Mayor general Jonathan Shaw
Comandante de las fuerzas británicas en Irak, 2007
“En Irak, como en toda la región durante la mal llamada primavera
árabe, las artificiales estructuras estatales están siendo desafiadas
por lealtades más fundamentales de sangre y religión. El parlamentario
Maliki nunca ha tenido la fuerza bruta o el ingenio político necesarios
para aglutinar a kurdos, chiítas y sunitas como lo hizo Saddam. Y los
vecinos ven ventajas en la amenaza de desmembración: Irán, un colchón
chiita a su oeste; los saudíes, una barrera sunita a su este; los
turcos, un acuerdo petrolífero con los kurdos. Y considerando el premio
en forma de petróleo que se lleva el vencedor, la batalla podría ser
intensa”.
Toby Jones
Profesor Adjunto de Historia de Medio Oriente de la Universidad de Rutgers
“Irak sigue siendo un país profundamente agitado. La última escalada de
violencia obviamente plantea preocupaciones sobre la posibilidad de que
estalle una nueva oleada de conflictos graves. Los irakíes, para
quienes el sufrimiento se ha convertido en una triste rutina, se
enfrentan a la terrible posibilidad de más sufrimientos. Lo que sucede
en los asuntos de Irak repercute también más allá de sus fronteras,
especialmente si los términos sectarios de esta oleada de violencia se
consolidan. Con Arabia Saudita y sus aliados explotando ya las
diferencias sectarias en Siria y en el Golfo como forma para desafiar a
Irán, un recrudecimiento de la violencia sectaria en Irak es casi seguro
que agravaría las peores patologías políticas que azotan ya a la
región”.
Douglas Alexander
Secretario en la sombra de Relaciones Exteriores
"La violencia de los últimos días en Irak amenaza con poner en peligro
los avances que tantos irakíes anhelan hacia la paz y la estabilidad.
Dada la inestabilidad en la que está sumida la región y su impacto en
Irak, los grupos políticos allí tienen la responsabilidad de no avivar
las llamas de la división sectaria. El representante especial de la ONU
Martin Kobler ha dicho que el país se encuentra ahora en una
"encrucijada". A medida que el país se aproxima a las elecciones del
próximo año, la fragilidad de la democracia irakí impone una
responsabilidad al gobierno irakí y a otros partidos políticos de Irak
para que obren con prudencia y cautela".
Departamento de Estado de EEUU.
"La situación actual en Irak es preocupante y un recordatorio de los
enormes retos que Irak sigue afrontando. Funcionarios estadounidenses en
Washington y Bagdad han mantenido permanentes contactos con una amplia
gama de líderes irakíes para ayudar a resolver las actuales tensiones
políticas y sectarias. Estas conversaciones se han centrado en medidas
concretas para evitar más violencia y resolver pacíficamente las
cuestiones clave a través de un compromiso constructivo y del proceso
político.
El pueblo irakí necesita que sus líderes políticos
trabajen a través de procesos e instituciones constitucionales para dar
con soluciones concretas para los problemas no resueltos. Es un trabajo
arduo que a menudo exige dejar de lado agravios históricos, buscar un
terreno común entre adversarios históricos y elevarse por encima de las
disputas personales a fin de mejorar la vida de todos los irakíes.
Instamos a todos los líderes irakíes a entablar un diálogo para llegar a
un consenso en torno a medidas concretas y constructivas que resuelvan
las cuestiones a debate y priven a los extremistas violentos de
cualquier oportunidad de utilizar palabras o acciones para incitar
tensiones étnico-sectarias.
Los Estados Unidos siguen apoyando a
un Irak federal, unificado, democrático, estable y seguro. Instamos a
todas las partes a seguir trabajando juntas para lograr ese objetivo a
través de las instituciones democráticas de Irak, de acuerdo con el
marco jurídico y la constitución irakí".
Fuente:
http://www.independent.co.uk/news/world/middle-east/the-civil-war-in-iraq-has-already-begun-politician-claims-conflict-has-started-and-warns-it-will-be-worse-than-syria-8601732.html?printService=print