Han pasado seis
meses de la publicación de la primera parte de este artículo. El tiempo
transcurre y a medida que el gobierno de Cartes avanza, su tendencia
fascista se acentúa. Con esta entrega cerramos un primer análisis sobre
las características políticas del régimen instalado a partir del golpe
de Estado del 22 de junio de 2012 en Paraguay. Antes de empezar,
queremos expresar un sentido y combativo homenaje a Lorenzo Areco, de 38
años, dirigente social y político campesino, de la Organización
Campesina Regional de Concepción (OCRC), caído el 14 de agosto pasado,
víctima de la política de eliminación selectiva que viene profundizando
el gobierno de Cartes. ¡Por Lorenzo Areco, ni un minuto de silencio,
sino todas nuestras vidas de lucha!
Señalemos primero algunos hechos sobre los cuáles luego haremos algunas consideraciones:
-
El gobierno de Cartes llega al poder por medio de un golpe de Estado,
contra el entonces presidente, Fernando Lugo que contaba, en el momento
de su derrocamiento, con más del 50% de aprobación por parte de la
ciudadanía. En los primeros tres meses del gobierno de facto, más del
50% de la población califica de regular su inicio de gestión
1.
-
Si bien utilizó la estructura de la ANR para ganar las elecciones,
Cartes y su grupo descartaron en la práctica a la dirigencia de base, la
cual actualmente se siente marginada
por su propio gobierno. Antes
del primer mes de gobierno de facto, muchas seccionales (comités
políticos territoriales) izaron banderas negras en señal de protesta.
-
Apenas asumido el gobierno de facto, Cartes inicia la aplicación de las
recetas del imperialismo, asumiendo una agenda de estilo neoliberal,
cuya expresión jurídica consiste en un paquete de tres leyes
antipopulares y antipatriotas: a) La modificación de la Ley 1337/99 de
Seguridad Interna (habilita al Poder Ejecutivo disponer en cualquier
momento de las Fuerzas Armadas para la seguridad interna)
2;
b) Ley N°5.102/13 "De promoción de inversiones en infraestructura
pública y ampliación y mejoramiento de los bienes y servicios a cargo
del Estado", conocida como la ley de Alianza Público Privada, APP (que
genera el marco legal para la privatización de hecho de recursos
estratégicos y empresas nacionales); c) La Ley 5.098/13 de
Responsabilidad Fiscal (que pone límites fijos al presupuesto público y
obliga a establecer políticas de ajuste, es decir, recortes
presupuestarios).
- El gobierno de facto de Cartes establece
relaciones y busca congraciarse con los principales representantes de la
oligarquía financiera mundial y los mayores grupos de poder de los
Estados Unidos y de la burguesía industrial del Brasil
3:
a) El Consejo de las Américas (presidido por el multimillonario
petrolero David Rockefeller y del que uno de sus dirigentes más
prominentes es el conocido agente de la CIA John D. Negroponte, entre
otros)
4, y b) La Federación de Industrias del Estado de San Pablo, FIESP
5; c) La Alianza del Pacífico; principalmente.
-
ABC Color, cuyo director apoya circunstancialmente a Cartes, recrudece
su campaña sistemática de persecución ideológica, especialmente dirigida
contra la clase obrera, el campesinado organizado y los partidos de
izquierda, y en general contra cualquier expresión contestataria al
orden decadente.
- Amparada en esta campaña, se profundiza también la operación de amedrentamiento a las comunidades campesinas
,
con la utilización de las FFAA y órganos parapoliciales y
paramilitares. El chivo expiatorio para este operativo es un supuesto
enemigo interno
(el Ejército del Pueblo Paraguayo, EPP), a partir del que se busca
generar un clima propicio para poner en práctica los preceptos de la
Doctrina de la Seguridad Nacional -bien conocidos por los militares y
policías locales-, ahora
diluidos en un marco
constitucional.
- Las
contradicciones intra-clase hacen que también salgan a luz conflictos
en el seno del poder dominante. Ciertos hechos de corrupción
gubernamental fueron premeditadamente exaltados por algunos de los
sectores allegados al gobierno, provocando una gran indignación general
en la población e incluso movilizaciones espontáneas como las del
15N6.
En este marco de denuncias, los medios y los líderes de opinión,
lograron desviar temporalmente la atención de la población del problema
principal: la política de entrega de la soberanía que está implementando
el gobierno de facto.
- Las imputaciones aberrantes y el juicio
sumario contra los campesinos luchadores (hoy presos políticos) y la
complicidad del Estado con los verdaderos responsables en el caso de la
masacre a la Resistencia de Marina Kue -sumado a lo analizado en el
artículo anterior respecto a los asesinatos selectivos y la existencia
de aparatos paramilitares y parapoliciales al amparo del Poder Judicial y
de la Fiscalía-, hacen más evidente para la población general la
naturaleza clasista del sistema institucional seudodemocrático.
-
Según el propio Banco Central del Paraguay, BCP, sólo en el primer
trimestre de 2013 el flujo de inversión directa extranjera en el primer
trimestre de 2013 registró un resultado negativo de USD -47,9 millones
(BCP, 2013). Esto quiere decir que las empresas extranjeras que
invierten en
el Paraguay, llevaron aún más dinero del que habitualmente retiran, en
otras palabras, el sometimiento económico del Paraguay se está
profundizando con el gobierno de Cartes. Por otro lado, la inflación
anual que llega a 4 % según el BCP, para la ciudadanía es bastante más
alta, los precios ya subieron más de tres veces este año y se vienen
nuevos aumentos (combustible, pasaje, etc.), en contrapartida los
salarios congelados e incluso recortados.
- El gobierno de facto
ha bajado drásticamente sus estimaciones de crecimiento macroeconómico,
de un 12% de incremento del PIB y ahora hablan de un 4%. Si bien el PIB
es una estadística engañosa, puesto que esconde lo fundamental: la gran
desigualdad entre clases sociales existente; este dato sirve para
evidenciar que el sistema económico paraguayo está en crisis. Ese 4%
representa sólo a un grupo de multimillonarios, el resto de la población
que trabaja y produce terminará el año económicamente mal, sin hablar
del desempleo y la pobreza que siguen aumentando.
- La fragilidad
y la obsecuencia del gobierno de facto en el terreno de las relaciones
internacionales se mantienen. El polémico caso de la reciente aprobación
del ingreso de Venezuela al Mercosur por parte del Congreso Nacional,
es un ejemplo interesante. Los senadores de la ANR, bajo ordenes
directas del Presidente de facto, se vieron obligados a acatar una
imposición externa, y la prueba está en que el año pasado habían votado
en contra del ingreso del país caribeño. La aprobación no tuvo que ver
con una política propia del gobierno, sino con un condicionamiento de
Brasil y Argentina.
- Desde el golpe de Estado hasta hoy, no han
parado de emerger las manifestaciones de oposición al régimen de facto
en todo el país. Por más que los medios se esfuerzan por esconderlas,
por más que la policía y el ejército se apuran por reprimirlas, ellas se
multiplican y crecen, se hacen más fuertes y más contundentes.
Contradicciones
Analicemos
a partir de estos elementos, cuáles son las principales contradicciones
que amenazan el castillo de naipes de la restauración conservadora en
el Paraguay.
En primer lugar debemos señalar la crisis de las
instituciones surgidas de la Convención Nacional Constituyente del '92,
las que, a pesar de haber sido también producto de heroicas luchas
populares por una democracia real, se estancó en una gran reforma de las
viejas instituciones que crecieron bajo la dominación imperialista
-desde la guerra de 1870 hasta hoy. Reforma que sirvió finalmente para
adecuar dichas instituciones a la nueva coyuntura mundial, siempre bajo
la tutela del imperialismo norteamericano.
Esta crisis de las
viejas instituciones seudorepublicanas no es un fenómeno aislado, está
ocurriendo en toda la región. Un caso semejante al de Paraguay es el que
ocurre en Honduras, donde las instituciones políticas antiguas hoy son
desbordadas por la participación y la resistencia popular. Ante el
peligro de perder el control, la clase dominante hondureña, aliada al
imperialismo, recurre al golpe de Estado y al fraude electoral. La
respuesta es clara, la resistencia sigue adelante, sigue creciendo.
Actualmente
en el Paraguay, las instituciones del Estado pierden cada vez más su
legitimidad ante la ciudadanía. Su naturaleza clasista se devela como
fuerza directa que arremete contra todo tipo de oposición a la
dominación latifundista. La hegemonía de la clase dominante se debilita
progresivamente.
Esta decadencia de la capacidad de dirección de
la clase dominante es, en última instancia, producto de la contradicción
entre el aparato de Estado y las necesidades del pueblo, la cual se
evidencia más aún con la aprobación de las
leyes antipopulares impulsadas por el gobierno de facto.
El
problema central que acarrea la aprobación de este paquete de leyes, no
es la concentración de poder en el Ejecutivo, como se repite una y otra
vez en diversos medios, mucho menos el hecho que ciertas decisiones no
pasen por el Congreso. ¿En qué momento y para qué demócrata, de repente,
el Congreso Nacional se convirtió en el máximo custodio de los
intereses nacionales?
El problema central es la profundización
de la dependencia y de la entrega de la soberanía nacional. Sin embargo,
lo que deseamos destacar aquí con respecto a la aprobación de dichas
leyes, es que su aprobación, no es una muestra de la fortaleza del
régimen, sino de su extrema debilidad frente a los mandatos que le
imponen desde la Embajada Norteamericana e Itamaraty.
En caso de
que este paquete de leyes sea aplicado, las consecuencias serán
sumamente negativas para el pueblo paraguayo: a) privatización de
recursos nacionales y empresas públicas; b) mayor pérdida de la
soberanía y pérdida efectiva de derechos civiles conquistados; c) una
mayor ausencia del Estado en lo que respecta al bienestar social (salud,
educación, vivienda, seguridad social) acompañado de una creciente
incapacidad material de cumplir sus funciones de defensa y seguridad
interna; d) una acentuación del carácter represivo de las fuerzas
públicas y una tendencia a la constitución y multiplicación de aparatos
para-policiales y para-militares financiados por la clase latifundista y
por capitalistas extranjeros.
De seguir este
nuevo rumbo7,
el gobierno de facto de Horacio Cartes, se enfrentará indefectiblemente
a las masas campesinas y obreras -entre ellas al funcionariado
público-, a los pequeños comerciantes locales e incluso otros sectores.
El régimen de facto, no tiene condiciones para garantizar por mucho
tiempo el orden interno, ya que sus políticas apuntan a acentuar en
forma cada vez más burda las contradicciones de clase que se habían
suavizado con las políticas asistencialistas y paliativas de Lugo.
Finalmente, este
nuevo rumbo
coloca al gobierno de facto contra la propia base del partido de
gobierno, especialmente contra su base popular, que es la mayoritaria.
El
descontento que existe en las seccionales de la ANR es público. Se está
evidenciando que el tan ansiado “retorno al poder”, no es tal, y que en
realidad el dueño circunstancial de la Junta de Gobierno, Cartes,
empieza a gobernar con sus
técnicos, de espaldas a los caudillos y
dirigentes tradicionales, quienes han sido -y son hasta hoy- agentes
clave para para el sostenimiento de la hegemonía de la clase dominante
con la ANR como aparato privilegiado.
Esto coloca una debilidad
más. La carencia de una estructura orgánica que garantice el control
social en el tejido complejo de la sociedad civil. El gobierno de Cartes
se está encerrando, se reduce cada vez más un club de ricachones con
pocas luces y unas cuantas armas. La clase dominante retrocede a un
ejercicio del poder en función a sus meros intereses económicos, no
tiene nada que ofrecer al pueblo paraguayo, ni siquiera las migajas.
Sometido al imperio
A
pesar de que la Inversión Extranjera Directa, IED, sólo ha significado
para el Paraguay una mayor expoliación de sus riquezas nacionales y una
superexplotación de la fuerza de trabajo, la solución que plantea Cartes
es estimular la inversión extranjera a través de la APP.
Tanto EEUU, como el
gran vecino, exigen que el Paraguay sea un
terreno de oportunidades,
es decir un paraíso fiscal y un espacio desregulado, con un Estado
infiltrado por sus agentes, de manera que los grandes capitales ingresen
y salgan con la mayor facilidad posible, como de hecho está sucediendo,
y se evidencia en los informes oficiales.
El ingreso de
Venezuela al Mercosur, ha servido para evidenciar la pusilanimidad del
nuevo gobierno de facto. El mismo Cartes reconoció que su decisión
obedeció a la urgencia por cerrar las negociaciones del bloque
subregional con la Unión Europea, es decir, su decisión nada tuvo que
ver con los intereses nacionales.
Lo que no dijo Cartes es que
estas negociaciones están siendo lideradas por Brasil, uno de sus
actuales patrones. Cartes tampoco dijo que los intereses en juego en
esta negociación son los intereses de la burguesía brasileña agrupada
principalmente en la FIESP, la cual desea aumentar la explotación
económica del Paraguay, especialmente saqueando su energía eléctrica. La
aceptación del ingreso de Venezuela es producto de la debilidad del
gobierno de facto frente a los gobiernos de la región
8.
En
síntesis, la razón de ser del gobierno de facto es la satisfacción de
las apetencias de expansión de los capitales imperialistas, lo que está
en contradicción con la necesidad de desarrollo social y económico del
pueblo paraguayo. Esta contradicción es insalvable y está llevando al
gobierno de facto al descrédito y la pérdida de apoyo.
Afinar puntería
La
instalación del gobierno de facto de Horacio Cartes, con tendencias
cada vez más represivas, es la evidencia empírica de que la clase
dominante está perdiendo el consenso y que el imperialismo siente
amenazados sus intereses por la actuación cada vez más consciente y
organizada de la clase trabajadora.
Al contrario de lo que algunos voceros y
especialistas
quieren instalar, el gobierno de Cartes carece de proyecto propio y
está lejos de tener una base sólida. Es importante confrontar la idea de
que este gobierno entreguista y antipopular cuenta con una amplia base
de consenso. Es totalmente al revés, dicha base no fragua en ninguna
parte, salvo en una porción muy pequeña de grandes propietarios.
El
aparente control interno en la junta de gobierno de la ANR para imponer
su candidatura, los resultados electorales de abril pasado y hasta las
recientes leyes y acuerdos aprobados en el Congreso -entre otros datos
de la realidad-, son absolutizados, y presentados como conquistas del
Poder Ejecutivo, en vez de ser sometidos a un análisis crítico. Esto
lleva a posiciones derrotistas, al oportunismo y a la desorientación.
Si
bien, en su intento por establecer un régimen basado en la represión y
el miedo, el actual gobierno de facto se asemeja al del tirano
Stroessner, su posición en el sistema internacional es mucho más
desfavorable. Asimismo, la situación económica y social del país es
mucho más grave ahora. El gabinete de Cartes no tiene medios para
contener en
forma ficticia la crisis, como pudo hacer Stroessner gracias a la
burbuja de Itaipú y al dinero sangriento de la Alianza para el Progreso.
En todo caso, podemos decir con un querido compañero de luchas, que
Cartes es un “estronito
”, una caricatura.
En términos del
proceso político inmediato, la crisis coyuntural sigue abierta, y por lo
tanto todo depende de la disposición de fuerzas políticas y sociales,
para enfrentar con éxito una nueva situación de confrontación.
Ahora
bien, está claro, que una situación de ruptura del equilibrio, como de
hecho lo fue el reciente Golpe de Estado, no tiene un desenlace
predestinado.
Aquel 22 de junio de 2012, fue la clase de grandes latifundistas,
comerciantes y banqueros la que se impuso sobre los intereses de la
mayoría.
La fuerza popular está creciendo en organización y en
unidad. La situación económica y política es cada vez más acuciante. Los
conspiradores de la clase dominante siguen urdiendo formas de
mantenerse en las esferas gubernamentales y continuar el saqueo a la
nación.
Que esta situación cambie dependerá de que logremos afinar la puntería: concentrarnos en la
organización de la resistencia y consolidar la
unidad,
no olvidarnos que esto
es un golpe de Estado,
no legitimar al gobierno de facto y no desviar la atención del pueblo en
cuestiones accesorias.
Como ya dijera el Che: ¡Si el presente de lucha, el futuro es nuestro!
Notas:
1 Ver publicaciones varias en el diario Última Hora:
http://www.ultimahora.com/la-gestion-cartes-es-regular-pero-mantiene-alta-expectativa-n742957.html
2
Complemento de la Ley 4024/10 “Que castiga los hechos punibles de
terrorismo, asociación terrorista y financiamiento del terrorismo”,
conocida popularmente como Ley Antiterrorista, que el imperialismo
norteamericano logró imponer durante el gobierno de Lugo.
3
Los intereses de EEUU y Brasil están actualmente en contradicción,
por la alianza interimperialista que desarrolla éste último con Rusia,
India, China y Sudáfrica, y sus acercamientos a Irán. Este es un tema
que agrega complejidad al análisis, pero no afecta el planteo general.
4 Ver publicación periodística sobre la reunión de este órgano con Cartes, en el Palacio de López:
http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/empresarios-extranjeros-con-cartes-638758.html
5Ver publicaciones periodísticas varias entre junio y noviembre de este año. Entre ellas:
http://www.lanacion.com.py/articulo/131615-industriales-brasilenos-comienzan-a-trabajar-con-el-nuevo-gobierno.html
6
Movilización espontánea, cuyas características son similares a la
expresión bastante extendida en distintos puntos del mundo, y que se
conoce bajo la denominación de
los indignados.
7 Slogan utilizado en la campaña presidencial por Cartes y ahora también por el gobierno de facto.
8
Debería estar claro que el gobierno de facto de Cartes está lejos de
coincidir con el proyecto de unidad de los pueblos de América, mucho
menos con una línea antiimperialista y socialista. De todas formas no
está demás mencionarlo.
José Carlos Lezcano. Militante del Movimiento 15 de Junio.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.