martes, 19 de noviembre de 2013

Las oportunidades del Socialismo. Un asunto de revolucionarios emprendedores





Las crisis o las guerras del capitalismo contra otros capitales o contra la clase trabajadora constituyen las oportunidades que requiere el socialismo para el desarrollo de su propuesta económica. Cuando la lucha de clase entre la burguesía y clase trabajadora, por la redistribución del valor creado, se resuelve, como siempre, con más hambre y pobreza para la clase trabajadora, entonces, no queda otra solución para esta clase que desarrollar relaciones de producción socialistas que garanticen bienes y servicios accesibles a la clase trabajadora y que la libere del miedo y la angustia a la que la condena la burguesía. Sin embargo, la lógica positivista choca con la ideología capitalista que pesa sobre la mente de la clase trabajadora y sobre su vanguardia, paralizándola de miedo al momento de realizar emprendimientos que le den respuestas a las necesidades materiales que tiene. El capitalismo en cuanto sistema ideológico logra que la clase trabajadora se autoconvenza de su incapacidad para organizar unidades productivas que les permita autoabastecerse sin la necesidad de que exista la explotación del hombre por el hombre. La ideología capitalista nos convierte en eunucos económicos e intelectuales al servicio de la explotación capitalista. Ante este escenario no son suficientes las oportunidades ni las necesidades materiales que tiene la clase trabajadora, se necesita que la ideología socialista nos sirva de palanca para romper las cadenas de la autocastración mental que impide que los trabajadores y trabajadoras aprovechen las oportunidades con emprendimiento.
Pero, ¿cuáles son esos elementos ideológicos que nos permiten romper las cadenas de la esclavitud?
El primero de estos elementos es la mezcla correcta de audacia, astucia y perseverancia en la acción productiva revolucionaria. La acción y solo la acción nos llevan a la autotransformación. La astucia, la teoría y la planificación son la guía que requiere la acción para construir la viabilidad del socialismo exitoso. Acción, pensamiento y acción. La base está en creer (en convencernos) que el socialismo es posible y que lo podemos hacer con nuestras propias manos, en este preciso momento. Quizás sea esta una de las herramientas ideológicas más importantes del socialismo para romper con las cadenas de la esclavitud, pues implica hacer añicos el pensamiento del trabajador que en el capitalismo niega su capacidad y su papel principal para construir la viabilidad del socialismo como propuesta productiva para la clase trabajadora. En ese sentido, el segundo escalón en esta larga escalera de perseverancia para instaurar una economía y sociedad socialista sea la responsabilidad absoluta por el emprendimiento socialista que debe asumir cada trabajador y trabajadora (en particular los líderes) en esa construcción. El siguiente elemento viene dado como resultado de conocer y utilizar las reglas y limitación del capitalismo para empujar el proceso de crecimiento de una economía socialista como negación de las reglas de juego del capitalismo. Pero, este elemento carece de contexto si no se hace énfasis en la construcción de una ideología socialista que sirva de base a las relaciones de producción: a la autotransformación de trabajador. La ideología socialista en cuanto herramienta de liberación da como resultado trabajadores y trabajadoras responsables y conscientes del papel fundamental en la transformación económica de la sociedad; rompiendo con ello la comodidad asfixiante del empleo, la subsistencia y la resignación. Debemos conocer la dinámica del flujo del dinero para utilizarlo a favor del desarrollo de empresas socialistas a todo lo largo y ancho de la economía capitalista, hasta crear una economía ahora socialista que imponga reglas de juego económico propias y distintas al capitalismo.
En el capitalismo el emprendimiento, la estabilización y el crecimiento de una unidad productiva capitalista representan hitos fundamentales en su vida, en la que se forja la ideología que sirve de base a las relaciones de producción. Esos hitos, aunque se ven muy favorecida por la ideología capitalista imperante en la sociedad, no garantiza su éxito y la realidad es la ocurrencia de muchos fracasos. Aún más, las estadísticas capitalistas dan cuenta de muchas derrotas en cada uno de estos tres hitos. De allí la necesidad de enfrentar el emprendimiento, la estabilización y el crecimiento de las unidades productivas socialistas como una tarea titánica de largo plazo; pero, no imposible que bajo reglas de juego propias (socialistas) creen las condiciones para la sostenibilidad de una sociedad de trabajadoras y trabajadores.
La tarea no es fácil, de allí que debe ser asumida por lo más granado de la vanguardia económica revolucionaria. Una vanguardia comprometida con su propia autotransformación ideológica socialista que incluya en su morral herramientas propias del líder, del vendedor, del planificador, del buen ejecutor y del maestro que enseña la crítica y la autocrítica para orientar la construcción del socialismo y evitar perdernos en el camino tenebroso del capitalismo. Finalmente, se requiere de un equipo de trabajadores para empujar las relaciones de producción socialista; donde, el líder de cada unidad productiva socialista sea el responsable directo de garantizar la autotransformación ideológica de cada trabajador, así como, de garantizar que el socialismo no dependa nunca de una persona, abriendo paso al liderazgo y la responsabilidad colectiva sobre la producción y la construcción socialista. Viviremos y Venceremos, que viva el Socialismo, Carajo!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para

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