(el fmi y el gobierno de europa dicta a la contrata de rajoy la rebaja del 10% en lo sueldos a la clase trabajadora) |
La conversación entre
varios escritores latino americanos en las primeras dé cadas del siglo
XX sobre la situación en el continente, alcanzó el compromiso de
escribir una novela cada uno sobre las dictaduras a las que estaban
sometidos sus pueblos. Era la época en que el imperio estadounidense, el
que se autoproclama democracia por excelencia, atizaba el continente
americano con bala sin que hubiese resistencia suficiente para frenar o
vencer a los golpistas o invasores.
Miguel Ángel Asturias,
escritor comprometido políticamente, que participaba de su tiempo,
solidario con su pueblo , fue el primer escritor que entregó una novela
sobre un dictador, “El señor Presidente”, con ella mostraba una
dictadura que, para más actualidad, tiene elecciones que llaman
democráticas. Parece preguntarnos hoy, ¿un nuevo modelo, o un viejo
modelo?, ¿qué define al régimen, el aspecto formal con que lo viste el
imperio, o el contenido, el quehacer diario de quien tiene el gobierno y
el poder?.
Miguel Ángel Asturias metió en sus páginas
sin nombrarlo al tirano Manuel Estrada, que se hizo con el poder tras
el asesinato de su precedente. Fue apoyado, cómo no, por el gobierno de
eeuu cuyo brazo United Fruit Company privatizó Guatemala construyendo su
estado-empresa. ¿Pueden ser demócratas los asesinos de las clases
trabajadoras, o quienes atentan contra los Derechos Humanos?. Miguel
Ángel Asturias, Premio Lenin de la Paz (1966), Premio Nobel de
Literatura (1967), Premio Montsegur, en Francia, escribe “El señor
Presidente” entre 1922 y 1933, la termina en París, observen que son
años en los que hitler, mussolini y franco, condenados como asesinos de
la Humanidad, todavía no han accedido al poder. Lo que estos representan
en el mundo y la difusión de su carácter, ha venido muy bien a otros
dictadores para difuminar las tiranías anteriores y las que ellos
promueven hoy con el adjetivo, el barniz, de democracia.
La novela de Miguel Ángel Asturias no fue publicada hasta 1946, y en
México. México, entonces tenía un gobierno respetuoso con los Derechos
Humanos, y, como vemos, lo hacía de manera muy adelantada, tanto p or la
situación en la que estaba el mundo -desde España aún recordamos la
acogida a nuestros exiliados- como por la situación en la que nos
encontramos hoy, con el parlamentarismo como cebo, mientras el imperio
con todo su aparato, militar, financiero, propagandístico, implanta el
terror y corrompe las sociedades.
Miguel Ángel
Asturias nace en 1899 y muere en 1974, un año antes que franco, que dejó
sucesor y situación apropiada. Voten al presidente y su régimen, así
facilitan a la contrata dirigente el que les revienten su existencia.
En “El señor Presidente” el autor hace su discurso sobre el terror de
un gobierno que se dice democrático y es propiamente corrupto y
empobrece al pueblo, que además reprime y asesina. Eso sí, convoca
elecciones y lleva a cabo sus campañas y todo.
La
novela se abre en medio de la noche con el redoblar de las campanas de
la catedral, y Miguel Ángel Asturias hace una onomatopella empleando el
nombre del demonio para nombrar al presidente, “Alumbra, lumbre de
alumbre, Luzbel de pi edralumbre, sobre la podredumbre! …” Tras esto el
dibujo de los más pobres durmiendo sobre la basura y los sueños que
recorren sus cuerpos, basura y sueños en nombres de objetos e imágenes,
conforme alguno grita, llora, o los soldados arrastran a un prisionero
político, la enumeración, en cualquiera de los casos, está indicando la
vida rutinaria, redundante. Tan sólo la muerte de un general que se
burla del más desgraciado, un loco, hará que la tiranía descargue sobre
el pueblo, en medio de la existencia miserable y sufriendo una
persecución selectiva, todo su peso de terror, para terminar castigando
como el asesino de su general a un ciego, manco y sin piernas. Y si la
enumeración rutinaria alude a la vida desgraciada, el final de la novela
repite la presencia de un loco, creando una narración circular, todo
vuelve al punto que habíamos dejado atrás, pero no en la misma
circunstancia.
El dictador demócrata aprovecha la
muerte de su general para eliminar a quien le critica, lo que levanta
contra él a otro gen eral que no le es afín, y prepara la manera de
hacer frente a ese presidente, a su aparato y su sistema: “Y volvió el
puño … abriendo y cerrando los dedos como para estrangular no sólo a
aquél bandido con título, sino a todo un sistema social que le traía de
vergüenza en vergüenza.” La esperada lucha del militar se verá truncada
por el envenenamiento del general rebelde: “... creían soñar despiertos
al oír lo que contaba el jinete. El general Canales había fallecido de
repente, al acabar de comer, cuando salía a ponerse al frente de las
tropas. … “¡Algo le dieron, raíz de chiltepe, acitillo que no deja
rastro cuando mata, que qué casual que muriera en ese momento!” -observó
una voz. “¡Y es que se debía haber cuidado!”, con lo que la solución
queda en manos del pueblo.
Miguel Ángel Asturias ha
ido construyendo una alternativa a la dictadura desde la resistencia,
desde la sociedad civil, desde los detenidos en la cárcel, y de éstos
encontramos un diálogo que invita al futuro: “- ¡Hablen, sigan hablando;
no se c allen por lo que más quieran en el mundo; ...” “- Es mejor
rezar ...” “-Recemos.” “-Pero el estudiante se interpuso: ¡Qué es eso de
rezar! ¡No debemos rezar! ¡Tratemos de romper esa puerta y de ir a la
revolución!. … ¡Hablen, sigan hablando, sigan hablando”.
El porvenir se encuentra con una nueva dinámica, la repetición del
terror dictatorial ya no pasa por la misma circunstancia; los jóvenes,
los estudiantes, los que aprenden de la Historia no repiten, quieren la
revolución, saben que es el camino que acab a con la dictadura que aún
convoca elecciones: “Como ciudadanos,... como hombres de bien, …
¡proclamamos! … la REELECCIÓN DE NUESTRO EGREGIO MANDATARIO Y NADA MÁS
QUE (EN) SU REELECCIÓN! ¿Por qué aventurar la barca del Estado en lo que
no conocemos …?”.
De spués de tachar de loco al que
no vote por el tirano presidente demócrata y pedir que a ese que no le
vota se le juzgue por traición, termina: ¡¡¡ CONCIUDADANOS, LAS URNAS OS
ESPERAN ¡VOTAD POR NUESTRO CANDIDATO! ¡QUE SERÁ! ¡REELEGIDO! ¡POR! ¡EL!
¡PUEBLO!!!”.
Miguel Ángel Asturias compone una novela
con situaciones terroríficas y personajes esperpénticos, rasgos de
humor negro, vida social sumergida en la usura, en el engaño, y en
cierta parte amor sobre el que la venganza psicológica, el chivateo y la
trai ción caen con una crueldad de grandes dimensiones, impregnada de
religiosidad. La dictadura, en la trama, aparece con vínculos al imperi
estadounidense.
Miguel Ángel Asturias descompone el
lenguaje para hacerlo más significativo, busca sonidos, imágenes, m
ovimiento, sugerencias, plasma la poesía trabajando el flujo de
conciencia, con la disociación de ideas presenta el estado anímico, los
sueños, ilumina con la metáfora, con la comparación, con la
superposición de escenas, … trabaja desde el realismo mágico y el
surrealismo, “el afilador se afila los dientes para reírse”, . En los
años en que Miguel Ángel Asturias escribe ésta gran novela, las
búsquedas literarias eran parte de la duda del siglo XX, del rechazo al
pasado que había dejado la peor guerra conocida hasta entonces y que
continuaría en una segunda guerra. Miguel Ángel Asturias escribía
literatura crítica, literatura de su tiempo, su obra en conjunto ha sido
un estímulo para las conciencias que quieren cambiar el mundo, su obra
es una búsqueda en una situación de crisis generalizada.
Un elemento a tener en cuenta es que el dictador demócrata casi no
aparece, es un rey que vive en la oscuridad, con lo que el terror del
Estado forma parte de la vida, como la cosa más normal, diríamos que
hemos caído e n el infierno y lo asimilamos como democrático.
Mientras la oscuridad cubre el tiempo de la novela y la luz ocupa muy
poco, ésta ofrece una salida, con lo que la oscuridad y la luz adquieren
carácter simbólico, por ejemplo un momento de amor, el capítulo “ Luz
para ciegos”, se produce cuando el sol alumbra plenamente.
La primera y la segunda parte están trabajadas en paralelo, con la
particularidad en todo el texto de ir trenzando los capítulos, de este
modo la acción se ve contenida, creando expectativas y enriqueciendo los
varios desarrollos. A ello hay que sumar otro aspecto organizativo que
da en el tema, si la primera parte necesita tres días y la segunda
cuatro, para entrar en la tercera se nos advierte que en ella
transcurren “semanas, meses, años ...”, con lo que nos deja ver que,
aunque pase el tiempo que pase, el pueblo se enfrentará a la dictadura
que se viste de demócrata.
Buena lectura tenga usted.
Título: El señor Presidente.
Autor: Miguel Ángel Asturias.
Editorial: Alianza.
Ramón Pedregal Casanova es autor de “Dietario de crisis”, puedes bajártelo en Libros Libres, de rebelion.org, y autor de “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”, edita Fundación Domingo Malagón.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nuevo mensaje