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Existe
una percepción generalizada en los mayores medios de información
españoles de que el Tea Party en EEUU es un movimiento social de
sensibilidad libertaria que surgió en respuesta a lo que se percibía por
amplios sectores de la población estadounidense como un aumento del
intervencionismo del Estado federal en EEUU bajo la Presidencia de
Barack Obama. El corresponsal Antonio Caño de El País en EEUU ha sido un
promotor de esta visión, que es también la promovida por dicho
movimiento y por los medios conservadores y ultraliberales que
simpatizan con él.
La realidad, sin embargo, es bien
distinta. Tanto sus orígenes como su práctica actual señalan otro tipo
de movimiento, que tiene por objetivo defender los intereses económicos y
financieros de grupos empresariales concretos (que incluyen desde
empresas tabacaleras a compañías de seguros, banca y empresas
petrolíferas). Es un movimiento cuya base social es clase media de renta
alta y sectores de las clases pudientes que creen que sus impuestos van
a sostener a las minorías pobres del país. Está extraordinariamente
bien financiado, con gran riqueza de medios procedentes de grupos
financieros y económicos que gozan de grandes recursos políticos y
mediáticos. Su poder político deriva de que están controlando el sistema
electoral a través de la redefinición de los distritos electorales que
son diseñados por las cámaras legislativas de los Estados controladas
por el Partido Republicano, favoreciendo la elección de políticos
ultraliberales, de nula sensibilidad democrática.
Sus
miembros tienen características comunes con el nacional catolicismo
español. Se consideran parte de una patria escogida por Dios, un
nacionalismo extremo que tiene también la misión de salvar a EEUU de
”ideologías antiamericanas”, liberándolo del gobierno federal controlado
ahora por un anti-Cristo. El 62% de los miembros del Tea Party (según
Public Policy Polling ) cree que el Presidente Obama quiere instaurar el
socialismo en EEUU; el 42% creen que el Presidente Obama es musulmán y
quiere imponer la ley musulmana en el sistema judicial americano; el 21%
creen que el gobierno federal está matando a gente para estimular el
miedo a las armas (sí, ha leído bien la frase) y un largo etcétera de
obvias falsedades, trasmitidas por un enorme sistema de adoctrinamiento,
semejante a tener 20 Losantos –en prime time - a lo largo del
territorio estadounidense: Rush Limbaugh, Glenn Beck, Michael Savage y
la Fox News. La cantidad de dinero que estos aparatos tienen a su
disposición es enorme. Es el movimiento de la ultraderecha más cercana
al fascismo europeo, aún cuando tiene características propias que le
distinguen.
Su poder deriva de su control de grandes
recursos (financiados por esos grupos empresariales) y de gran número de
cámaras legislativas de los Estados que son, como indiqué
anteriormente, las que definen los distritos electorales de las
elecciones federales. Ello explica que, aun cuando el Partido Demócrata
ganó las últimas elecciones al Congreso (más de un millón y medio más de
votos que los republicanos), hoy el Congreso esté en manos del Partido
Republicano, controlado por el Tea Party.
Su eficacia se debe
también a su profundo sentido de militancia y a su activa participación
en el proceso electoral. Puesto que la abstención es enorme en las
elecciones al Congreso (una de las instituciones más desprestigiadas en
EEUU), un grupo muy minoritario, como el Tea Party, puede ganar las
elecciones fácilmente. En las elecciones al Congreso solo el 30% del
electorado vota (en las elecciones presidenciales, que coinciden con las
del Congreso, lo hizo el 52%), con lo cual, un grupo muy movilizado
puede acabar (con un 16% del voto) controlando las ramas legislativas
del Estado y del Congreso. Su motivación es muy acentuada, pues tienen
un fanatismo religioso que sostiene su convencimiento de que están
luchando contra el anti Cristo, siendo altamente manipulables por los
grupos económicos que los financian. Su fanatismo es complementarlo por
una enorme ignorancia, pues creen, por ejemplo, que la parálisis del
gobierno federal y su inviabilidad de pagar la deuda mejorarán la
economía estadounidense. De ahí que su control del Congreso, vía el
Partido Republicano, representa una amenaza para el sistema económico de
EEUU, incluso para el sistema económico mundial. La situación referente
a la deuda pública es un ejemplo de ello, pues están intentando
chantajear al Presidente Obama a fin de acabar con las reformas
sanitarias de la Administración demócrata y las pensiones públicas de
aquel país. Su discurso es semejante al utilizado por los establishments
europeos y españoles que, bajo la excusa de disminuir el déficit
público, está eliminando el Estado del Bienestar, imponiendo políticas
que están beneficiando al mundo empresarial y a las clases pudientes.Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas en la Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy en The Johns Hopkins University.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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