jueves, 23 de mayo de 2013

La Democracia de la Élite: Cuando Washington Reinaba en Venezuela

Cuando Hugo Chávez habló en las Naciones Unidas el pasado Septiembre, acusó a Washington de promover "la democracia de las élites" en el mundo. La mayoría de las personas que escucharon el discurso tal vez no supieron exactamente que quería decir con la frase "democracia de las élites." Probablemente no muchas personas entendieron que tan relevante fueron sus palabras. Pero Chávez estaba hablando de experiencia personal. Como una gran parte del mundo, Venezuela ha vivido las frustraciones de la democracia de las élites y sus consecuencias devastadoras. Chávez entiende que para enfrentar la crisis de la democracia moderna en el mundo, tenemos que entender lo trágico que es la democracia de las élites.

A través de la historia, Washington se ha dedicado a la exclusión de las masas y a la prevención de la democracia verdadera. Una larga historia de instalar y apoyar dictaduras en paises en todo el mundo es suficiente prueba de esto. Pero cuando las dictaduras llegan a ser un problema de relaciones públicas, Washington promueve una forma de democracia de las élites, siguiendo el modelo del sistema de los Estados Unidos, para pacificar la población. Tanto la dictadura como la democracia de las élites juegan el mismo papel: impedir el "riesgo" de un sistema verdaderamente democrático. Ya sea por medio de la democracia de las élites, o dictadura, la participación de las masas tiene que ser minimizada. La democracia verdadera nunca se debe permitir.

Venezuela es un ejemplo perfecto de como funciona esta estratégia de Washington. En el siglo veinte, Venezuela vivió la transición de dictadura a democracia de las élites y, finalmente, a esa otra dictadura conocida como el neoliberalismo. Las transiciones fueron cuidadosamente orquestradas por Washington y la élite Venezolana. El "riesgo" de la verdadera democracia fue evitado. Sin problemas, las corporaciones estadounidenses consiguieron exactamente lo que querían en Venezuela; vastas cantidades de petroleo barato y el mejor cliente en Latino América para sus productos importados.

El brutal dictador y aliado de Washington, Marcos Pérez Jiménez, dió concesiones generosas a las compañías estadounidenses en los años cincuenta, y, quizás lo más importante, abrió las puertas todavía más a sus importaciones.(1) Aunque fue muy dañino a la producción e industria Venezolana, las compañías estadounidenses y la clase élite en Venezuela se benefició bastante. El balance financiero resultante favoreció a los Estados Unidos ya que el dinero petrolero que Venezuela recibía era recirculado otra vez en ese país como resultado de las ganancias obtenidas de la importación de bienes a Venezuela. ¿Qué más podrían pedir? El sistema les estaba sirviendo perfectamente, por lo menos mientras la mayoría estaba bajo el control del dictador y su policia privada; los agentes de la "Seguridad Nacional."

Pero a través de los años cincuenta, la oposición al dictador estaba creciendo. El movimiento popular que se desarroló para tumbar el dictador preocupaba a los Estados Unidos. Como siempre, ellos no querían la participación de las masas, y la radicalización de la población. El "anti-Americanismo" era tan fuerte que el Vice Presidente Estadounidense Richard Nixon y su esposa casi fueron asesinados por una turba Caraqueña en 1958.(2) Washington necesitaba asegurar que el pueblo no tomaría control y que la voluntad de las masas no se ejercería.

Mientras los Estados Unidos oficialmente promovía acciones en contra del desarrollo de instituciones democráticas durante los 1950's, se mantuvo en contacto con la oposición democrática, formando los líderes para convertirlos en amigos en caso de que ellos eventualmente tomaran el poder. Rómulo Bentancourt, el político opositor más famoso, sembró miedo en Washington cuando tomó el poder en 1946 por su simpatía al comunismo. Pero el Departamento del Estado influyó en él para calmar su hostilidad hacia los Estados Unidos.(3) A Bentancourt, conocido en Venezuela como "el padre de la democracia," le estaban enseñando los "límites aceptables" de la democracia. Washington lo estaba introduciendo al nuevo sistema; la democracia de las élites.

La democracia de la élite: Una democracia de "bajo riesgo"

Bentancourt llegó a ser el siguiente presidente de Venezuela después de la caída del dictador en 1958. Pero antes de hacer elecciones abiertas, la élite Venezolana diseñó el nuevo sistema polítco que gobernaría el país durante los siguientes cuarenta años. Muchos de los líderes de la élite y comerciantes que habían apoyado la dictadura hace pocos años fueron los que diseñaron el nuevo sistema.(4)

Bentancourt apaciguó las exigencias de los Estados Unidos con prohibir los partidos políticos comunistas e izquierdistas. El resultado fue un pacto político, conocido como el Pacto de Punto Fijo. Este pacto fue hecho entre los dos partidos principales que compartían el poder, sin importar mucho quien ganara las elecciones nacionales. Ellos hicieron un acuerdo para evitar el conflicto político asi como cambios estructurales. La estructura de la economía no cambiaría y las instituciones fueron basadas en las ya existentes. Como resultado, grandes sectores de los partidos políticos retiraron su apoyo y se resistieron a lo que ellos vieron como un gobierno de la élite. Venezuela era ahora una supuesta "democracia," pero Washington y la élite Venezolana habían asegurado que cambios significativos no ocurrieran.

El gobierno del pacto terminó siendo una democracia con "límites." Un gran sector de la población, y el espectro político, estaba completamente excluido. La formación de un proyecto común, en lo económico y político, significaba que se tuvieron que contener a los obreros y clases bajas, hasta con la fuerza. Dado que los partidos izquierdistas se prohibieron, se vieron obligados a funcionar cladestinamente; la guerrilla se formó en diferentes partes del país. Se permitió que la CIA vigilara los actividades de los izquierdistas. El ejército, entrenado y armado por los Estados Unidos, reprimía violentamente a los partidos de la izquierda, matando y torturando miles de personas.

La realidad había cambiado muy poco desde los tiempos del dictador. La participación de las masas se limitaba a escoger entre dos partidos elitescos cada tantos años. Aparte de eso, lo demás se dejaba a los políticos de la élite. Se ofrecían beneficios y reformas limitadas para complacer a las masas, pero cambios verdaderos nunca fueron posibles. La democracia de la élite había reemplazado el brutal dictador y Washington siguía saliendose con la suya en Venezuela.

Es esta forma de democracia de las élites que Washington ha promocionado en todo el mundo, y sigue haciendolo a través de organismos como el National Endowment for Democracy, el USAID, y en otras maneras clandestinas. La idea principal es poner límites en el espectro político, restringiéndolo a solo los programas políticos que no son amenazantes a la globalización capitalista. La estrategia logra esto a través de financiamiento, entrenamiento y la ayuda a partidos políticos que convienen a los intereses capitalistas de Washington, socavando cualquier movimiento popular que vaya hacia cambios más fundamentales. Los movimientos radicales o revolucionarios que exigen cambios más profundos, o que amenazan los intereses del capital global, son bloqueados e impedidos de tener el poder. El profesor de sociología en la Universidad de California, William I. Robinson, lo explica a continuación:

"En la estrategia general, Washington procura crear, a través de sus programas de "promover la democracia," "agentes de influencia" -políticos regionales y líderes cívicos que tienen la expectación de generar conformidad con el orden social elitesco para promover la perspectiva de los neoliberales, y para abogar por las políticas que integran el país al capitalismo global. También se espera que estos agentes compiten con, y eclipsan, grupos e individuos más populares, independientes, progresistas o radicales quienes podrían tener una agenda distinta para su país."(5)

Quizás las masas están exigiendo cambios más radicales y fundamentales, pero la élite trabaja para redirigir o neutralizar estas exigencias. Como en otros tiempos de la historia, cuando se consideraban a las masas demasiados "ignorantes" o "irresponsables" para tener poderes políticos o para consultarles asuntos de importancia nacional, en la actualidad también se minan sus intereses en una manera más clandestina. Mientras antes el dictador simplemente repremía la voluntad popular con violencia, ahora nuevas maneras sofisticadas permitían a las élites repremirla sin enfrentamientos. Ya no era aceptable rechazar la voluntad popular abiertamente; ahora se hacía en privado.
En Venezuela, la verdadera democracia era demasiado "riesgosa." ¿Qué harían las masas si podrían ejercer su voluntad? ¿Echarían afuera las compañías petroleras estadounidenses? ¿Restringirían las importaciones de los Estados Unidos para proteger la industria Venezolana? ¿Ellos cooperarían con los enemigos de los Estados Unidos? Para Washington y la élite Venezolana, la democracia era demasiado peligrosa. Una vez mas, tenían que impedirla.

El Camino al Neoliberalismo: La dictadura mundial

Tanto en la dictadura como en los años de democracia, las corporaciones estadounidenses lograron tomar una posición ventajosa en Venezuela. El dictador Pérez Jiménez había abierto la economía drásticamente a las importaciones de los Estados Unidos, y los grupos elitistas que le siguieron no hicieron nada para cambiar esto. Dado que la prioridad era evitar conflicto y no pisar los intereses de la élite, ni una política de proteccionismo ni una deliberalización fue implementada. El gobierno de coalición que no tomó ni un lado ni otro, terminó favoreciendo las importaciones y debilitando las industrias nacionales. La producción Venezolana naciente era obviamente inferior a su contraparte estadounidense y no pudo competir. La producción nacional Venezolana estaba en desventaja ante las importaciones provenientes de los Estados Unidos, y aquel sector de la élite Venezolana con ligas a las corporaciones estadounidenses llegaron a dominar la política en los años ochenta.(6) Comerciantes y empresarios de la élite se dieron cuenta que para sobrevivir debían invertir en la creciente expansión estadounidense y transnacional. Mientras tanto, Venezuela llegó a ser el país más "Americanizado" de América Latina.

Las condiciones estaban dadas para las políticas económicas del neoliberalismo, y la democracia de la élite había abierto el camino. El gobierno de consenso había fracasado en construir industria o producción Venezolana significante. Las corporaciones multinacionales y estadounidenses habían tomado el control. La élite Venezolana, sin leales intereses nacionales, cambió de bando y se unió a la clase capitalista transnacional. Mientras la cultura e inversión estadounidense penetraba más al país, fue más lógico y efectivo aliarse con el capital transnacional.(7) Asociaciones de comercio, capitalistas, inversionistas, industriales y profesionales unieron fuerzas con el capital extranjero y, por eso, apoyaron a la ideología neoliberal.

El presidente Carlos Andrés Pérez implementó las políticas económicas letales del neoliberalismo en 1989, con la consequencia de disturbios, violencia, y saqueos. Miles fueron asesinados en las calles y en sus casas por el ejército nacional. A través de los años, los ingresos del petróleo y de los préstamos internacionales habían permitido al estado proveer pequeños beneficios sociales para la población general. Pero en los años ochenta, cuando los precios mundiales del petroleo cayeron, y la deuda nacional había alcanzado su máximo nivel, Pérez se vió obligado a cumplir con el requisito de los prestamistas internacionales, el cual era la economía del neoliberalismo. El resultado fue un aumento drástico en la pobreza y la miseria.(8)

Promocionado por los Estados Unidos y las instituciones prestamistas dominadas por las corporaciones transnacionales, las políticas neoliberales abren a la fuerza las economías del mundo a la inversión internacional. Los gobiernos deben minimizar la intervención en la economía, y privatizar los servicios y recursos. El presupuesto nacional debe ser dedicado a pagar la deuda. Todo lo demás se debe dejar al mercado libre. La salud, la educación, los servicios públicos, y los recursos nacionales se abren a la inversion internacional. Toda restricción sobre la inversión y el flujo de capital internacional debe quitarse, y las corporaciones terminan dominando la economía nacional.

Chávez se ha referido al neoliberalism como una "dictadura mundial." Quizás es una buena caracterización de sus consecuencias dado que las naciones se obligan a aceptar ciertas políticas. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional dictan los términos. Cualquier protección para empresas nacionales o locales se debe quitar, igual como toda intervención del gobierno en la economía. Los gobiernos nacionales tienen que ceder todo el control de sus recursos nacionales al capital multinacional. Los gobiernos son irrevelantes. El capital multinacional es quien manda.

Dado que los ciudadanos de un país solo pueden ejercer su poder sobre los recursos y la economía nacional a través de su gobierno, disminuyendo y privatizando el sector público básicamente se elimina el único poder que una población tiene sobre su sociedad. La población es echada y excluida del poder. Inversionistas, corporaciones, y capitalistas toman las decisiones sobre los servicios, los recursos, y la econonía. La dominación de la élite está totalmente asegurada, eliminando toda manera en que la población podría de alguna forma intervenir.

No es muy difícil entender, entonces, por qué Washington promueve e impone políticas neoliberales en todo el mundo. La meta en Venezuela y en todo el mundo siempre ha sido impedir la democracia, excluir la masas de toda toma de decisión. La dictadura neoliberal es la manera perfecta de mantenerlas permanentemente excluidas y de asegurar que todas las desiciones sean tomadas por la clase capitalista elitesca. Al igual que en las dictaduras de épocas anteriores, el pueblo es espectador, no participante.

El plan casi funcionó en Venezuela, pero la población se paró y luchó en contra de ello. Ahora Venezuela es el enemigo, una amenaza a Washington, no porque es "antidemocrático," como declaran, sino porque es democrático; no porque Chávez es un dictador, sino porque representa la mayoría. Porque ahora Venezuela es controlada por el pueblo, no por una dictadura neoliberal.
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(1) Ewell, Judith. Venezuela and the United States: From Monroe's Hemisphere to Petroleum's Empire. The University of Georgia Press, Athens, Georgia ©1996, pg. 177
(2) Ewell, pg. 165
(3) Ewell, pg. 162
(4) Coronil, Fernando. The Magical State: Nature, Money, And Modernity in Venezuela. The University of Chicago Press ©1997, pg. 226
(5) Robinson, William I. "Promoting Polyarchy: The New U.S. Political Intervention in Latin America," published in ALAI, Latin America in Movement, 2006-02-17
(6) Coronil, pg. 188
(7) Ewell, pg. 166
(8) Fernando Coronil; Julie Skurski. "Dismembering and Remembering the Nation: The Semantics of Political Violence in Venezuela, Comparative Studies in Society and History," Vol. 33, No.2. (Apr., 1991), pp. 288-337

Traducido por el autor

http://gringoinvenezuela.com/

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