Poco importa la proclamación del
trabajo, porque con el nombre de proletariado el esclavo perdura. El
que carece de propiedad, (sobre medios de producción, se entiende) en nuestras sociedades individualistas, vive
obligado a someter su libertad y su fuerza productora al que mejor le
pague. El salario es el precio de la servidumbre. Se contrata
actualmente en el mercado público al jornalero poco más o menos
como se contrataba antes al esclavo. Si la demanda sobrepuja a la
oferta, el obrero puede hacerse pagar regularmente el alquiler de la
fuerza. Si la demanda es inferior a la oferta, el precío del
alquiler baja y queda a unos cuantos la libertad de despedazarse en
la disputa por el apetecido mendrugo. Los más deben resignarse a
perecer de hambre. Tal es el resultado efectivo de las conquistas
democráticas. . Ricardo Mella Cea. Escrito en 1904.
En la esclavitud el mercado libre
incluía a los esclavos como una mercancia más a intercambiar, ahora
el capitalismo incluye a los asalariados como una mercancía más
barata cuando su oferta es mayor que la demanda de trabajo. En la
esclavitud bruta te vendían, en el capitalismo burgués, esclavitud astuta, el obrero se ve obligado a vender su fuerza de trabajo a
cambio de un porcentaje menor de lo que en realidad produce, si no desea pasar penurias, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nuevo mensaje