domingo, 19 de mayo de 2013

(3/4) (4/4)Una fábula de alcance mundial La liebre estadounidense y la tortuga china


Renenaba.com

Traducido del francés para Rebelión por Caty R.

El juego de Francia: ¿Defensa del coto en conjunto con Israel?
La intervención francesa en Malí, en enero de 2013, refleja una estrategia de defensa del coto africano frente a la política de mordisqueo que llevan a cabo tanto China como el wahabismo por medio de las finanzas islámicas (Catar y Arabia Saudí).
Un objetivo ideal, ya que Malí constituye el mayor país musulmán de África occidental, donde han prosperado las finanzas islámicas mientras los malienses, desde hace un decenio, han girado progresivamente de Francia hacia las petromonarquías y donde China goza de un auténtico prestigio gracias a su obra de restauración del Centro de Documentación Islámica de Tombuctú.
Fue el mismo caso con el establecimiento de EUFOR (1), cuerpo expedicionario europeo encargado de interponerse entre los beligerantes en las fronteras entre Sudán y El Chad, que responde tanto a consideraciones humanitarias de los occidentales como a crear un trampolín estratégico en el centro de África próximo a la plataforma operativa de China en la zona. Un cordón sanitario idéntico al que los países occidentales quieren establecer alrededor de Irán, el otro gran proveedor de energía de China.
En ese contexto, el «redespliegue» militar francés en África constituyó una operación en dos tiempos dirigida a asociar a terceros (África, Europa, ONU) a las operaciones militares francesas en África con el fin de compartir los costes y diluir las responsabilidades conservando al mismo tiempo la dirección de las operaciones.
Una obra maestra de blanqueamiento cosmético de un reposicionamiento militar idéntico al aparato estadounidense del Golfo (Arabia Saudí, Barhéin, Catar, Kuwait e Irak) frente a Irán.
Lejanas reminiscencias de sus reveses coloniales, el activismo de Francia en Sudán, después en Libia, en Siria y en Malí, tiene el objetivo de garantizar su abastecimiento energético, sus exportaciones militares y sus centrales nucleares. De alguna manera subyacente responde al deseo de purgar su «complejo de Fachoda» (2), el desastre militar y diplomático francés sufrido en ese país frente a los ingleses en el siglo XIX durante la fase de conquista colonial que alejó permanentemente a Francia de las aguas del Nilo.
¿Malí puerta de entrada de Israel en África por medio de Francia?
En una huida hacia delante destinada a ocultar las responsabilidades de la clase política-militar maliense en el desastre nacional que azota Malí desde hace un año, la intención es preparar al equipo dirigente transitorio de Malí en provecho de la expedición militar francesa para convertir Malí en la puerta de entrada de Israel a África.
¿Un farol? ¿Un chantaje? ¿Una voluntad real de comenzar una nueva política contraria a la línea tradicional de Malí, primer país africano que tras su independencia en 1960 desplegó un contingente en Argelia para firmar simbólicamente la fraternidad de armas de los pueblos oprimidos?
¿Bajo los consejos de Francia, que se dedica metódicamente a través de sus portavoces mediáticos, Bernard Kouchner y Bernard Henri Lévy, a favorecer la secesión de Sudán del Sur para crear una plataforma operativa de Israel en el curso del Nilo?
¿Para reeditar el antiguo escenario francés de unir los dos antiguos Sudán de la época colonial, el Sudán Francés y el Sudán inglés por medio de Sudán del Sur que precisamente costó a Francia una de sus más aplastantes derrotas en Fachoda en 1898?
La instrumentalización de la justicia internacional con fines políticos argumentaría en este sentido. Léase al respecto el caso del general Omar al-Bachir .
¿Una alianza con Israel? ¿El aliado incondicional del régimen de apartheid de Sudáfrica? La guardia pretoriana de todos los dictadores francófonos que saquearon África, desde Joseph Désiré Mobutu (Zaire-RDC) a Omar Bongo (Gabón), Gnassingbé Eyadema (Togo), Paul Biya, (presidente off-shore de Camerún), el veraneante privilegiado de las praderas suizas, e incluso Félix Houphouët-Boigny (Costa de Marfil), el presunto sabio de África que solo era sabio porque fue el mejor servidor de sus antiguos colonizadores y de sus aliados israelíes.
Israel, cuya experiencia en la colonización de Palestina le ha conducido a colonizar por todo el mundo una cantidad de tierra que supone veinte veces su superficie en detrimento de las poblaciones y del medio ambiente de los países pobres. En la República Democrática del Congo para el cultivo de la caña de azúcar; en Gabón para el cultivo de la jatropha, necesaria para la producción de biocombustibles; en Sierra Leona la colonización israelí representa el 6,9% del territorio de ese país del oeste de África (3).
La batalla de las aguas del Nilo y el canal Ben Gurion
El nombramiento de Dov Zerah al frente de la Agencia Francesa para el Desarrollo podría dar un principio de crédito a esta hipótesis ya que la propulsión del presidente del Consistorio Israelita de París y secretario general de la Fundación Francia-Israel al estratégico puesto de dispensador de la ayuda financiera francesa a África tuvo lugar el 2 de junio de 2010, seis meses antes de la independencia de Sudán del Sur, mientras «la batalla del Nilo» sobre el reparto de las cuotas de este río africano estaba en pleno apogeo entre Egipto y los aliados africanos de Israel, Etiopía y Kenia especialmente. Al fondo se plantea el interrogante de si el cierre del coto se hará en tándem con Israel frente al «expansionismo wahabí», según la fórmula consagrada en los círculos dirigentes.
El episodio del reparto de las aguas del Nilo y la secesión de Sudán del Sur podría haber constituido la mayor hipocresía de la historia egipcia contemporánea. Para llegar a este objetivo, Israel habría llevado a cabo una estrategia doble que revelaría la codicia de los inversores egipcios y costaría a Mubarak el poder y su lugar en la historia.
Israel negoció con Egipto presionándole indirectamente, incitando a los Estados africanos a reclamar una mejora de su cuota en la repartición del agua del río, tentando a los africanos con proyectos económicos y a los inversores egipcios con promesas de interesarlos en los proyectos israelíes. En Etiopía Israel financió la construcción de decenas de proyectos para la explotación de las aguas del Nilo Azul. Malí antes de su independencia, en 1962, llevaba el nombre de Sudán francés, por oposición al Sudán inglés, el Sudán actual.
La reivindicación por parte de la secta disidente nigeriana BOKO HARAM del secuestro de siete franceses en Camerún el 18 de febrero de 2013, un mes después del inicio de la operación Serval argumenta también a favor de la hipótesis de que el movimiento ha querido enviar un mensaje subliminal a los franceses asumiendo su acción en nombre de «Jama’atu Ansarul Musilimina fi Biladi Al Sudan», literalmente el Grupo de Partidarios del Islam de Sudán».
Léase al respecto El reparto de la tarta africana . Para los lectores arabófonos, este enlace del diario transárabe de Londres Al Qods Al-Arabi: Malí, ¿puerta de entrada de Israel?
El canal Ben Gurion
El acceso de Israel al perímetro de la cuenca del Nilo a través de Sudán del Sur con la ayuda francesa y estadounidense se refuerza con la puesta en marcha de la construcción de un canal que une el mar Rojo y el Mediterráneo desde Eliat. Con dos vías de navegación, una para ir y otra para volver, el canal israelí, al contrario del egipcio, competirá fuertemente con el canal de Suez y acarreará una pérdida del 50% de las ganancias egipcias, de 8.000 millones de dólares anuales a 4.000 millones.
Con un coste de 14.000 millones de dólares, la obra será financiada por un préstamo de tres bancos estadounidenses a bajo interés (1%) en 30 años. 150.000 trabajadores mayoritariamente asiáticos, principalmente de Corea del Sur, participarán en los trabajos de construcción, que durarán tres años. 50 metros más largo que su rival egipcio, el canal israelí podrá absorber los mayores barcos del mundo (300 metros de largo por 110 de ancho).
Sobre el fondo de la guerra religiosa del Islam wahabí contra la disidencia musulmana, bajo cubierta de la «Primavera árabe» (Siria, norte de Malí), semejante proyecto podría constituir, sin duda, un casus belli para Egipto y originar, si no una ruptura de las relaciones diplomáticas, al menos una congelación permanente de las relaciones entre ambos países.
El desafío esencial de la cuestión Sahara-Sahel no es de ámbito local. Concierne a la economía mundial y al nuevo reparto de las zonas de influencia entre las potencias internacionales con la entrada en escena de nuevos actores (estadounidenses, chinos, indios), que alteran el antiguo panorama colonial.
El codiciado acceso a las riquezas minerales (petróleo, gas, uranio, oro, fosfatos) que abundan en Níger, Libia, Argelia y Malí según las prospecciones más recientes, está en el centro de la batalla invisible que se desarrolla en el desierto.
Excluida del Acuerdo de Asociación Transpacífico, en vías de constitución bajo la égida de Estados Unidos, China se enfrenta además a una ofensiva, dirigida a contrarrestar su expansión, cuya señal más evidente es la congelación del financiamiento del Banco Mundial de importantes proyectos mineros chinos reforzada con una maniobra de soslayamiento dirigida a acentuar la presencia de empresas estadounidenses en la República Democrática del Congo, considerado el país más rico en material primas estratégicas del continente africano.
En un libro blanco de 2010, «Estrategia para los minerales imprescindibles para Estados Unidos», Washington abogaba, en conjunto con la Unión Europea, por la urgente necesidad de constituir reservas de cobalto, niobio, tungsteno y por supuesto coltán, imprescindibles en la composición de materiales de alta tecnología.
El 80% de las reservas mundiales de coltán se encuentran en la República Democrática del Congo (RDC-Kinshasa). Fuente estratégica esencial en el desarrollo de las nuevas tecnologías, el coltán (fusión de los términos columbio y tantalio) entra en la producción de las pantallas de plasma, teléfonos móviles, GPS, misiles, cohetes espaciales, cámaras fotográficas y los juegos de Nintendo), cuyas principales beneficiarias son las grandes empresas electrónicas e informáticas (Appel, Nokia, Siemens, Samsung).
En ese gran juego de las potencias África emerge como el campo de batalla estratégico en el que China ha puesto su línea del frente a la búsqueda de una mayor influencia mundial triplicando su comercio con el continente, adueñándose de sus recursos energéticos y, lo que es más grave para el futuro de los occidentales, asegurando la formación de las futuras élites africanas en las universidades chinas.
El nuevo humanitarismo selectivo de las antiguas potencias coloniales, que fustigan a Sudán pero consideran buenos a autócratas terribles como el chadiano Idriss Deby, igual que a su predecesor Hissène Habré, aparece poco consistente frente al peso de una China sin deudas coloniales con África y que por añadidura proporciona un importante flujo de liquidez sin contrapartida política.
El objetivo subyacente del Serval es preservar el espacio francófono, el último reducto de la potencia francesa frente al mordisqueo arabófono o chinófobo, mientras la francofonía ya está relegada al duodécimo puesto mundial por el número de hablantes (120 millones de personas), el chino ocupa el primer puesto con casi 1.000 millones y el árabe el sexto con 400 millones.
Para blanquear a Francia de sus desmanes coloniales Serval aparece en Malí, retrospectivamente, como una operación de cierre de la puerta trasera del Magreb, la última barrera frente al desbordamiento chino hacia Europa.
Notas :
(1) A propósito de los objetivos subyacentes de la operación Serval. Léase: Au Mali, la France joue son rag de puissance . Y con respecto a EUFOR, léase « El reparto de la tarta africana ». EUFOR Chad/RCA es una operación militar de transición encargada especialmente de la protección de la población atrapada en la guerra civil en el este del Chad y el noroeste de la República Centroafricana. Su establecimiento fue decidido por la Unión Europea el 28 de enero de 2008 en el marco de la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD), con el fin de hacer frente a la crisis de Darfur en la zona fronteriza entre Sudán y el Chad. Con tres miembros, el contingente francés constituía la columna vertebral con 1.700 miembros.
(2) La crisis de Fachoda. En el imaginario colectivo francés, la prueba de fuerza que enfrentó a París y Londres en 1898 permanece como el mayor revés militar y diplomático, una profunda humillación infligida por el Reino Unido a Francia en el continente africano. Este grave incidente diplomático y sus considerables repercusiones en plena fase de expansión colonial supusieron el final de las ambiciones francesas sobre Egipto y la zona del Nilo (Egipto, Sudán y Uganda) a pesar de que fue la encargada de la obra de perforación del Canal de Suez. Fachoda (o Kodok) está a 650 kilómetros al sur de Jartum, la capital sudanesa.
(3) «Israel et le contrôle des terres dans le Monde» (Israel y el control de tierras en el mundo), Golias Hebdo nº 275, semana del 14 al 20 de febrero de 2013. Se refiere a un estudio de The Journal of The National Academy of Sciencies of the United States titulado «Global Land and Water Grabbing» (acaparamiento mundial de la tierra y de las aguas). Israel está a la cabeza de los países que controlan las tierras en los países pobres, seguido de Estados Unidos, Gran Bretaña y China. Según el estudio el 90% de esas tierras se encuentran en 24 países situados la mayoría en África, Asia y América Latina. En Colombia Israel ha tomado el control de una inmensa superficie para cultivar caña de azúcar. En Filipinas la proporción de las tierras confiscadas llega al 17,2% de la superficie agrícola. Desde la crisis alimentaria de 2007-2008, las empresas extranjeras se apoderaron de 10 millones de hectáreas anuales de tierras cultivables. Los nuevos cultivos se hacen a menudo en detrimento de las selvas y zonas de importancia medioambiental, amenazando su biodiversidad. Utilizan fertilizantes y pesticidas y emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Al final, el fenómeno socava las bases de la soberanía alimentaria y desvía en particular los recursos acuáticos.
(4) El canal Ben Gurion, léase el periódico transárabe de Londres Al Qods Al-Arabi, 19 de marzo de 2013. Israel propone a Jordania desarrollar las zonas turísticas del río con el fin de neutralizar una eventual reacción por parte del segundo país árabe firmante de un tratado de paz con Israel. En las orillas del canal israelí se construirán sitios turísticos con hoteles de lujo, lugares de distracción con el fin de hacer un gigantesco complejo turístico que se ubicará bajo una alta vigilancia electrónica con detección láser.
Anteriormente Catar propuso a Egipto alquilarle el canal de Suez durante un plazo de 50 años por 50.000 millones de dólares para reflotar la economía egipcia. Catar se encargaría de la seguridad de la navegación, especialmente en la península del Sinaí, frente a los ataques terroristas y de esta forma tranquilizar a los israelíes.
La protección del Canal y de la península del Sinaí debían garantizarlas compañías militares privadas. Catar se proponía desplegar a Blackwater, la empresa de mercenarios estadounidenses que se hicieron famosos en Irak por esa tarea. De hecho Egipto perdería su soberanía. La idea fue inspirada por los israelíes y estadounidenses y tenía el objetivo de impedir que Egipto desplegase tropas complementarias, especialmente de aviación, en el Sinaí.
Pro el proyecto se hundió tras el segundo ataque israelí a Gaza (noviembre de 2012) y el papel desempeñado por Egipto. Estados Unidos está satisfecho del papel de prestatario de servicios del presidente egipcio Mohamed Morsi. Por otra parte, el predicador mediático Yussef Al-Qaradawi amenazó a Egipto con cortar una ayuda prometida de 20.000 millones de dólares en caso de que Morsi fracasara por las protestas contra la constitución.
Sobre el plano del campo palestino de Yarmuk, en las afueras de Damasco: Hamás, que se había beneficiado de la hospitalidad activa de Hafez y de Bachar durante 15 años, se alió con al-Qaida (alianza suní) para apoderarse del control del campo y convertirlo en un santuario de la oposición y un vivero de combatientes contra el régimen. Así Hamás cambió una alianza estratégica por una nueva alianza sobre una base sectaria, el sunismo, el único punto en común de ambas organizaciones. El saudí transnacional es un ente puramente terrorista, es decir, que practica una política de hacer daño mediante el terror mientras que el palestino se considera un movimiento de liberación nacional.
Continuará…
Primera parte: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168256
Segunda parte: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168311
Fuente: http://www.renenaba.com/le-jeu-de-la-france-defense-du-pre-carre-en-tandem-avec-israel/ 

Una fábula de alcance mundial
La liebre estadounidense y la tortuga china (4/4)

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Traducido del francés para Rebelión por Caty R.

El paso del Rubicón por Ifriqiya
China y el Magreb central.
Argelia, el buque insignia, y la flota china en la zona Sahel-Sahara.
De los tres países del Magreb central (Argelia, Marruecos y Túnez), Argelia ocupa de lejos la posición de socio privilegiado de China, tanto por razones históricas como por afinidades políticas. Una asociación sellada en la época de las guerras de liberación postcoloniales cuando China se dedicó a romper el bloqueo occidental del cual era objeto y Argelia libraba su guerra de independencia contra el poder colonial francés. Marruecos de una manera firme y Túnez de una forma más dúctil se alinearon con el campo pro atlantista.
Un cuarto país, Libia, pasarela entre el Machreq (levante) y el Magreb (el poniente del mundo árabe), aparecía como uno de los principales tanques de petróleo de China, lo mismo que Sudán, dos países sustraídos a la preponderancia china durante la contrarrevolución árabe que siguió a la «Primavera árabe», con la secesión de Sudán del Sur en 2011, acto desencadenante de la revuelta popular de la Plaza Tahrir en El Cairo, y Libia por la intervención falsamente humanitaria de la OTAN en marzo de 2011.
El país más rico, el más desarrollado económicamente, dotado del ejército más poderoso en igualdad con Sudáfrica, su socio y hermano de armas en la lucha por la liberación de África, el más grande y por añadidura fronterizo de siete países (Marruecos, Túnez, Libia, Malí, Mauritania, Níger y RASD), Argelia ocupa una posición central en el Sahara y ambiciona estar en el centro del juego tanto más imperiosamente en cuanto que en el Sahara está en su casa y dispone de una frontera común de 1.800 kilómetros con Malí, es decir, infinitamente más metros que el total de las fronteras de Francia con sus países limítrofes (Alemania, Bélgica, España, Italia y Suiza).
Además Argelia está con Rusia, uno de los dos principales suministradores de gas a Europa occidental, la cual quiere reducir su dependencia de esos dos países situados fuera de la esfera atlantista. Última superviviente del antiguo «frente de rechazo árabe» flanqueada ahora por dos regímenes neoislamistas, Libia y Túnez, así Argelia está clavada al suelo por la cuestión separatista del norte de Malí.
Sin embargo Argelia tiene una experiencia reconocida en el terreno de la guerrilla, adquirida durante su guerra de liberación nacional, a la que se añade la experiencia en la lucha contra el terrorismo adquirida durante el decenio negro (1990-2000), pero también y sobre todo, los expertos están de acuerdo, bajo la batuta soviética durante la guerra de Afganistán (1980-1990). Por eso Argelia no debe a ningún Estado occidental el menor apoyo logístico o financiero en su guerra contra el terrorismo y por eso aparece como el país árabe menos dependiente.
Con 250.000 millones de dólares de reserva, Argelia es el segundo país árabe por la importancia de sus divisas tras Arabia Saudí. De hecho constituye el punto de articulación principal de China en la zona. Su asociación es un reflejo de la calidad de sus relaciones políticas.
Repaso detallado de las obras de China en Argelia:
Gran Mezquita de Argel, la mayor de África.
Aeropuerto internacional de Argel (Houari Boumediene).
Tramo centro y oeste de la autovía este-oeste en 2006 (11.400 millones de dólares).
Ópera de Argel, en Ouled Fayet, a 15 kilómetros al suroeste de la capital, una zona de 17.900 m2.
Hotel Sheraton de Argel, centro hospitalario de Orán y decenas de proyectos de viviendas sociales en Argel, Sétif, Annaba, Constantine, Orán y Rouiba.
El montante del comercio con los chinos supera los 20.000 millones de dólares, entre ellos la gran mezquita de Argel con 1.000 millones de euros. 30.000 chinos viven en Argelia, entre ellos 3.600 comerciantes y hay 567 empresas chinas.
En cuanto al petróleo, se asignó un contrato de 420 millones de euros para el desarrollo del yacimiento de Zarzaitine, en el Sahara. También se construirá una refinería en la región de Adrar, próxima a la cuenca del Sbaa. Según las previsiones de los estrategas occidentales, el África subsahariana podría sustituir a Oriente Medio como principal proveedor energético de Estados Unidos. África occidental dispone de casi 60.000 millones de barriles de reservas petroleras comprobadas. Su petróleo bajo en azufre es un crudo suave, muy apreciado por las petroleras estadounidenses.
Paralelamente a esos descubrimientos Estados Unidos ha multiplicado las iniciativas diplomáticas y militares con el fin de adherir a los países africanos a la estrategia global de EE.UU. En la zona del Sahel senegalés-maliense, así como en Namibia en la frontera con Angola, se han establecido centros de intervención que facilitan el despliegue rápido de las tropas estadounidenses.
En 2003-2004 Estados Unidos lanzó operaciones conjuntas con los países del Sahel contra el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GPS), en el marco del «Programa de Contraterrorismo en África». Los ataques a los turistas franceses en Mauritania en diciembre de 2007, que dieron lugar a la anulación del rallye automovilístico París-Dakar y su traslado a América Latina, así como el atentado a la embajada israelí en Nouakchott dan testimonio de las reticencias locales y regionales ante el despliegue estadounidense en África.
Puerta de África a través del Sahara, dos países del Magreb, Argelia y Marruecos, fueron solicitados para acoger el cuartel general del AFRICOM. Deseoso de acogerlo, Marruecos quería un medio para el reino marroquí de perpetuar su soberanía sobre el Sahara occidental frente a las reivindicaciones independentistas de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) apoyada por Argel. Una obsesión del trono marroquí. A pesar de todo, Estados Unidos profesa siempre una preferencia por Argelia, país de nacionalismo quisquilloso cuya adhesión al proyecto habría reforzado su credibilidad.
Marruecos y Túnez: dos boyas escoltas del navío estrella Argelia
Dos países resueltamente pro occidentales, Marruecos y Túnez, aparecen en el dispositivo chino como dos boyas escoltas del navío estrella, Argelia, su principal plaza fuerte en el Mediterráneo occidental.
China-Túnez: Durante 23 años bajo el yugo del dictador Zine el Abidine Ben Alí, antiguo funcionario en el extranjero de los servicios de inteligencia estadounidenses, Túnez redujo a la mínima expresión sus relaciones con China.
El único hecho notable fue la cooperación en el ámbito ferroviario, con el suministro por parte de China de 20 trenes por valor de 133 millones de dinares (alrededor de 85 millones de dólares) para unir la capital, Túnez, a diez ciudades del interior: Béja, Jendouba, Ghardiamou, Gaafur, Dahmani, el Kef (hacia el noroeste), Mateur y Bizerte hacia el extremo norte y Sousse y Sfax.
China podría conseguir el gran proyecto de construcción del segundo aeropuerto internacional de Túnez. La ratificación de un acuerdo económico y técnico entre China y Túnez ha dado lugar a una donación de 80 millones de yuanes, es decir 19 millones de dinares tunecinos. Esta operación, que se ha hecho bajo el nuevo régimen neoislamista, ha provocado especulaciones respecto a una posible «evaporación» de ingresos, un eufemismo para designar un desvío del orden de un millón de dólares.
Sobre fondo de una tensión soterrada entre Francia y Túnez, resultado de un apoyo incondicional de París a la dictadura de Ben Alí y de las interferencias del ministro socialista del Interior Manuel Valls en los asuntos tunecinos, cualquier eventual torpeza francesa podría conducir a Túnez a adherirse más a China en detrimento de los intereses franceses.
China y Marruecos: Dos países de antiguas civilizaciones
Dos países de antiguas civilizaciones, China y Marruecos, contrariamente a las apariencias, mantienen relaciones cincuentenarias establecidas en 1958 a raíz de la independencia de Marruecos. Limitado durante mucho tiempo, el comercio entre ellos se amplió debido al ascenso de China a quinto proveedor de Marruecos por delante de Estados Unidos y Alemania. Quinta potencia económica de África, primer productor y exportador de fosfatos del mundo, en la unión del océano Atlántico y el mar Mediterráneo, Marruecos ofrece perspectivas atractivas a China que importa, desde 2011, 750.000 toneladas de fertilizantes fosfatados marroquíes al año.
Aparte de cualquier controversia, las relaciones entre China y Marruecos parece que siempre deben limitarse en razón del papel de Marruecos en el continente africano. Socio oculto de la diplomacia soterrada árabe-israelí, acróbata de vanguardia de la estrategia atlantista en África, el posicionamiento marroquí se sitúa en la prolongación de la cooperación estratégica de Estados Unidos con las petromonarquías del Golfo. En línea con esta cooperación, el reino marroquí se sitúa siempre en la vanguardia de la lucha por la defensa de los intereses occidentales en el continente africano, un combate que confunde por otra parte con la supervivencia del régimen monárquico.
Miembro del «Safary club» en el apogeo de la Guerra Fría soviética-estadounidense (1948-1989), Marruecos garantizó la protección y la supervivencia de los regímenes africanos pro occidentales, especialmente el Zaire de Mobutu y el Togo de Eyadema, con la firma de una alianza secreta, alentada por Estados Unidos, entre Arabia Saudí, que fue financiada por Francia, su estratega, y Marruecos su ejecutor.
Base de repliegue del comando estratégico francés en la época de la Guerra Fría, ese papel soterrado se manifestó por otra parte de manera brillante en la complicidad francesa en la desaparición de Mehdi Ben Barka, jefe de la oposición marroquí, así como en el papel asumido por Marruecos de basurero de los tiranos pro occidentales derrocados a quienes sus antiguos protectores decretaron indeseables ipso facto a pesar de los magníficos servicios prestados. Fue el caso del asilo concedido al presidente Mobutu de El Zaire, repudiado por Francia a la que sin embargo había servido celosamente durante casi 30 años.
Por otra parte Estados Unidos acaricia el proyecto de establecer en Marruecos el cuartel general del AFRICOM, el nuevo cuerpo del ejército asignado a África. Una elección por defecto tras el rechazo de Argelia y de Nigeria, dos actores principales del continente, de alojar el cuartel general del séptimo cuerpo del ejército estadounidense. Preocupado por diversificar sus alianzas, Estados Unidos se dirigió en primer lugar a esas dos potencias africanas emergentes, aunque la primera es blanco de acciones de tipo terrorista (Boko Haram) y la segunda de operaciones de desestabilización cíclicas.
La región de Tan Tan en el extremo sur de Marruecos, en el límite de las fronteras del Sahara Occidental, próxima a la aldea de Ras Dari, está destinada a albergar ese proyecto u otros parecidos en el futuro. Debido a su proximidad a las costas atlánticas marroquíes, el sitio ofrece facilidades para la marina estadounidense. Además de la base de Tan Tan, Estados Unidos dispone en Marruecos de la base aérea de Ben Jarir, a unos 60 kilómetros de Marrakech y la estación radiofónica de VOA (Voice of America) en Tánger.
Superviviente de una tradición colonial, el AFRICOM anteriormente estaba vinculado al comando europeo de Stuttgart en el USEUCOM (United States European Command). La región del Sahel, en particular Malí y Mauritania, constituyen una base de repliegue de los grupos yihadistas. Antes Estados Unidos vigilaba África por medio de tres comandos: Central Command (CENTCOM) cuya zona de responsabilidad se extendía por 27 países de los cuales siete son africanos; Commandament européen (EUCOM), su zona cubre 91 Estados de los que 42 son africanos; y finalmente el Commandement Pacifique (PACOM), que tiene autoridad sobre una zona que cubre Madagascar y las islas periféricas del este del continente africano.
¿Casualidad o desafortunada coincidencia? Los tres países de la zona del Sahel-Sahara, Sudán, Libia y el norte de Malí, situados en la esfera de influencia china, han sido objetivos de operaciones de desestabilización a favor de la contrarrevolución árabe llevada a cabo por el campo atlantista. Malí, curiosamente a través del movimiento islamista pro catarí «Ansar Ed Dine», partidario de la religión y uno de los afluentes de al-Qaida.
Símbolo de la cooperación saudí-estadounidense en la esfera árabe musulmana en el apogeo de la Guerra Fría soviética-estadounidense, el movimiento de Osama Bin Laden tenía vocación de una dimensión planetaria, a la escala del Islam, a la medida de las capacidades financieras del reino de Arabia.
La Yihad ha tomado una dimensión planetaria conforme a la dimensión de una economía globalizada con la sustitución de los capos de la droga por las petromonarquías en la financiación de la contrarrevolución mundial. En la década de 1990 como en la de 2010 para enfrentar la primavera árabe. Si la guerra de Vietnam (1955-1975), la contrarrevolución en América Latina, especialmente en Cuba, así como la guerra antisoviética de Afganistán (1980-1989) fueron ampliamente financiadas por el tráfico de drogas, la irrupción de los islamistas en el escenario político argelino señaló la primera concretización de la financiación «petromonárquica» de las protestas populares de gran amplitud en los países árabes.
Daño colateral de las relaciones del poder, Argelia pagará el precio en cuanto que este país revolucionario, aliado de Irán y Siria, núcleo del frente de rechazo árabe, ha evolucionado a electrón libre debido a la neutralización de Egipto por su tratado de paz con Israel y la fijación de Siria en la guerra de Líbano.
Sin embargo los islamistas argelinos tuvieron mala suerte de que el despliegue de tropas occidentales –entre ellas 60.000 soldados judíos estadounidenses- en la proximidad de los Lugares Santos del Islam, en la región occidental del reino, con ocasión de la primera guerra contra Irak en el Golfo, en 1990, que los colocó en una posición inestable con sus proveedores de fondos, obligando a su líder Abassi Madani a tomar distancias de los saudíes. A título de daño colateral, el desembarco de las «fuerzas impías» en la tierra de la profecía constituirá el motivo de ruptura entre Osama Bin Laden y la dinastía wahabí.
La instrumentalización del Islam como arma de combate político, en tanto que antídoto del nacionalismo árabe antiestadounidense, a raíz del incendio de la mezquita de Al Aqsa (1969) dio lugar a un cambio del centro de gravedad del mundo árabe de la orilla mediterránea al Golfo, es decir, de los países del campo de batalla a la zona petrolera bajo protectorado angloestadounidense. Con la consecuencia de la sustitución del lema de la solidaridad islámica por el movilizador de la unidad árabe, así como la desviación de la causa árabe, en particular la cuestión palestina, hacia combates periféricos (guerra de Afganistán, guerra de los «contras» nicaragüenses contra los sandinistas) a miles de kilómetros de Palestina, y en la actualidad a guerras contra los propios países árabes (Libia, Siria) o países africanos (Norte de Malí).
Bajo el paraguas de la guerra «preventiva» contra el «terrorismo», en realidad Estados Unidos está librando de forma subliminal una guerra «preventiva» contra una amenaza china mucho más terrible. «Persiguiendo con constancia un islamismo radical humillado para fabricar un malvado presentable, los estadounidenses establecen el aparato militar y estratégico necesario para un enfrentamiento inevitable con China», sostiene Jean-François Susbielle en su libro Chine-Etats Unis, la guerre programmée, First Edition 2006. «La instalación de bases militares permanentes alrededor de China y las iniciativas geopolíticas estadounidenses con respecto a Oriente Medio se inscriben en los preparativos de una logística de guerra contra Pekín. Estados Unidos y China tienen pronto una cita con la historia», predice Jean-François Susbielle.
La desestabilización de Argelia aparece de nuevo en el orden del día de la «primavera árabe de los países occidentales», prevista a raíz de la apropiación occidental de Libia a juzgar por las predicciones de Nicolás Sarkozy, que antes de su salida de la política exclamó alegremente de forma repetida «en un año Argelia y en tres años Irán». Argelia, igual que Irán y Siria, figura en el nuevo eje del mal diseñado por los estrategas occidentales para mantener bajo presión a los países emergentes situados fuera de la órbita occidental. Pero el posicionamiento argelino frente a la operación Serval, la expedición francesa a Malí, podría haber cambiado la situación.
«Quien tenga África tendrá Europa», dijo Karl Marx
El eje China-Europa constituye las dos extremidades de la vasta extensión continental euroasiática, el centro de gravedad permanente de la geoestrategia de la historia del planeta materializado en las rutas de la seda, del perfume, del incienso y últimamente la ruta de la droga. El norte de África constituye el segmento sur.
Tierra elegida para la subcontratación de la industria europea, Túnez alberga casi 2.000 empresas deslocalizadas de la industria mecánica y electrónica y textiles y de ropa. Emplea a 200.000 personas y exporta el 97% de su producción a la Unión Europea. En Marruecos existe la misma situación.
El Magreb central constituye un conjunto regional de más de tres millones de kilómetros y 80 millones de habitantes con la perspectiva de un incremento de un tercio de la población para llegar a 125 millones en el año 2020. Ese socio de primer orden de Europa, que bordea el flanco meridional en la unión del mundo árabe bereber y africano, ha visto siniestrada su economía por la cleptocracia, el nepotismo y el saqueo, los defectos propios de los dictadores; y en un contexto de globalización acelerada y competencia exacerbada, por el predominio del comercio con la antigua metrópolis sobre la cooperación Sur-Sur y los intercambios interárabes y árabes-africanos.
Lo mismo que los demás países árabes, el Magreb padece la falta de un proyecto viable de sociedad, un desperdicio de energía y un autoritarismo burocrático. Un cuarto de siglo después de los aires revolucionarios que soplaron en el Magreb (1984) insuflados por un descontento popular difuso y por el marasmo económico mundial en un mundo árabe musulmán con una crisis de identidad, un nuevo impulso acaba de derribar el edificio inteligente erigido en la orilla sur de Mediterráneo destinado a eternizar la hegemonía occidental en la zona. En contrapartida, ese edificio mantuvo el Magreb en situación de mercado cautivo y lo convirtió en un aliviadero de la sociedad occidental para el turismo masivo, un taller barato para el mantenimiento de la competitividad internacional de Europa, refugio de sus jubilados al final de la vida, rampa estratégica del pacto atlántico frente a la penetración de China en África y patio trasero económico y político.
Precisamente el Magreb constituye el último dique antes del rodeo completo de Europa a África según el antiguo precepto maoísta de rodear las ciudades por el campo. Si China sale victoriosa de su partida, Francia, el eslabón débil del aparato del bloque atlantista en la zona, quedará condenada inevitablemente al papel de eslabón perdido de la dirigencia mundial del planeta ya que el Magreb, su zona de influencia durante mucho tiempo, representa el principal yacimiento de la francofonía y de la subcontratación de la economía francesa, garantía del mantenimiento de la competitividad gala.
«Para ganar una guerra se trata de no hacerla y en realidad, si es posible, librar otra batalla disimulada y ferozmente negada. El arte de la guerra consiste en conducir al adversario a través de la niebla hasta el punto en el que, en el límite del estallido del conflicto, el rival se dé cuenta de que la guerra es inútil porque ya la ha perdido. El auténtico estratega construye su política (ya que se trata de política) por todos los medios en función del tratado que impondrá a su rival permitiéndole «salvar la cara» e incluso llegando a hacerle creer que sale beneficiado», recomendaba Sun Tzu, el gran estratega chino del siglo IV a. C. en su famoso libro El arte de la guerra.
Una espiral paranoide: China, acreedora principal de Estados Unidos, poseedora de un sólido colchón de bonos del tesoro del orden de 1,8 billones de dólares, percibe anualmente casi 50.000 millones de dólares en concepto de intereses de la deuda, que China se apresura a invertir en África en una espiral paranoide que desemboca en que Estados Unidos financia la expansión china en África que pretende combatir. El mismo impulso paranoide por parte de Francia, que paga anualmente 50.000 millones de euros de intereses de su deuda colosal y se niega a eliminar la carga de la deuda africana.
Al final de una navegación centenaria, réplica lejana de la «guerra del opio» de 1840 que obligó a China a abrirse al comercio europeo, la flota del Gran Timonel, desafiando tempestades y escollos, llegó por fin a buen puerto. Y abordó victoriosamente los «Mercados del imperio» a paso de tortuga.
Seis siglos después de que Vasco de Gama llegase a China con la ayuda de su guía el navegante árabe Ahmad Ibn Majid, seis siglos después del desembarco de Marco Polo, quien obligó a China a adoptar las normas occidentales, el imperio del Medio ahora se ve y se considera el centro del mundo. En menos de dos decenios sus descendientes han lavado la humillación nacional desalojando a las antiguas potencias coloniales de su mercado cautivo de África y convirtiendo a China en la segunda potencia económica del continente. La forma china de devolver la moneda a sus rivales occidentales.
En los extremos del Mare Nostrum, una línea mediana va de Argel al puerto griego de El Pireo, la plaza fuerte china en el comercio europeo. Una línea percibida por el conjunto del planeta como la línea de demarcación de las nuevas relaciones de fuerza mundiales. Una línea trazada con tinta china. A poca distancia del Coloso de Rodas.
Hic Rhodus, hic salta: El paso del Rubicón también se hará por el Mediterráneo Occidental, el Norte de África, el Magreb, el poniente del mundo árabe, la antigua Ifriqiya de la época romana.
Primera parte: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168256
Segunda parte: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168311
Tercera parte: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168359
Fuente: http://www.renenaba.com/le-franchissement-du-rubicon-sur-lifriqiya/

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