sábado, 20 de abril de 2013

Medio Pollo Asado en el Microondas en 41 minutos

Introduces medio pollo, en trozos grandes, muslos enteros, pechuga, alones, en una fuente, de vídrio o porcelana para microondas, 900W, con su correspondiente tapa despues de ponerle algo de tomillo y lo rocias con un poco de aceite y de sal. A continuación introduces la fuente en el microondas a máxima potencia durante 6 minutos. Después le das media vuelta a todo, lo vuelves a tapar y lo tienes otros 6 minutos a máxima potencia Pasados éstos, lo dejas reposar 5 minutos. Luego le quitas la tapa, eliges el programa para horneado y lo pones en marcha. Pasados 12 minutos detienes el horneado, le das media vuelta a cada pieza. Lo dejas hornear otros 12 minutos y ya puedes apagar el microondas. Así, en apenas 41 minutos saborearás un pollo estupendo y además ahorrarás mucha más energía que por otros métodos donde se use también la energía eléctrica.

Barry Commoner, homenaje a un precursor del ecosocialismo


europe-solidaire.org

Traducción de Viento Sur

Barry Commoner falleció el 30 de setiembre a los 95 años. Biólogo de formación, profesor de física vegetal, se interesó sobre todo por el funcionamiento global de los ecosistemas; dicho de otro modo, por la ecología. En 1996 fundó el Centro para la Biología de los Sistemas Naturales en la Universidad de Washington, donde enseñaba. Años antes, a finales de los 50, Commoner se dio a conocer por su oposición a la energía nuclear, y en concreto, a los ensayos nucleares en la atmósfera, y se dedicó a demostrar sus efectos negativos sobre la salud humana, especialmente en la de los niños.
En 1971, Barry Commoner publica "El círculo que se cierra", que se convierte en un éxito de ventas. Su objetivo es mostrar que en la naturaleza todo viene de algún lado y camina hacia otro, lo que obliga a pensar globalmente, pensar en ciclos; es decir, salir de una visión utilitarista que considere el medioambiente como una reserva de recursos por un lado, y como depósito de basuras por otro.
El libro estuvo muy determinado por la polémica que sostenía con el matrimonio Ehrilch, autores de "Population Bomb", otro éxito de ventas. Los Ehrlich, discípulos de Malthus, pretendían que la degradación del medio ambiente se debía fundamentalmente al crecimiento demográfico. Por el contrario, tras una demostración rigurosa sobre la contaminación en los Estados Unidos, Commoner llegó a la conclusión de que el factor tecnológico (los errores cometidos a la hora de optar por determinadas tecnologías) tenía cinco veces mas importancia que el factor demográfico.
Fue sobre esta base que Commoner planteó de forma clara el dilema político: "Nos encontramos ante un especie de juego político en el que dos opciones divergentes permiten alcanzar el mismo resultado: si consiguiéramos reducir la población total, sería posible soportar las consecuencias de determinados errores tecnológicos que nos abruman en los terrenos social y económico; y, en la medida que lográramos compensar o anular estos errores, no cabe duda que la comunidad nacional podría soportar un incremento de la población". Commoner no cesó de denunciar a quienes, bajo el manto de la ciencia, querían escamotear el debate para "imponer al público una de las dos opciones". Consideraba que la gente era capaz de "decidir su destino, de utilizar los instrumentos de que dispone al servicio de su existencia ".
"El círculo que se cierra" revela que Commoner tenía una sólida formación marxista. Al final del libro el autor muestra que ha leído El Capital con mucha más atención que algunos autores que, sin embargo, piensan que dominan el pensamiento de Marx. He aquí cuatro muestras:
- Commoner pone en evidencia el antagonismo entre la acumulación capitalista y los límites naturales: "Si llegamos a la conclusión de que el sistema de libre empresa está obligado a desarrollarse sin límite mientras que su base ecológica no puede soportar una explotación ilimitada, percibimos de que entre uno y otra existe una incompatibilidad muy grave."
- De ahí dedujo el carácter sistémico de la futura crisis capitalista: "Así pues, la crisis del sistema ecológico tendrá que ser considerada como el primer signo de la próxima crisis del sistema económico".
- Subrayó la diferencia entre los escritos de Marx y la realidad soviética y negó que el socialismo sea productivista por esencia: "A fin de cuentas, un régimen socialista podría ofrecer más ventajas que un régimen de libre empresa en lo que respecta a la indispensable armonización entre los procesos económicos y los imperativos ecológicos. La teoría(remarca) económica del socialismo no exige un crecimiento económico ilimitado".
- Finalmente, aunque defiende una "profunda modificación" de los sistemas económicos en general y del socialismo en particular, Commoner rinde un hermoso homenaje al autor de El Capital por su concepto de la "gestión racional de los intercambios entre la humanidad y la naturaleza" y por haber comprendido la forma como la agricultura capitalista a gran escala y la industria estarían cada día más asociadas para agotar las dos únicas fuentes de riqueza: la tierra y el trabajador.
En 1976, Commoner publica un nuevo éxito de ventas: "La escasez de energía. La energía y la crisis económica". Un trabajo tan remarcable como el precedente. Commoner muestra en él la relación indefectible entre la crisis medioambiental, la crisis energética y la crisis económica. De la misma forma que en "El círculo que se cierra" abogaba por un punto de vista global sobre el medio ambiente y sus ciclos, este nuevo libro defiende una visión integrada del sistema energético; en concreto, que la segunda ley de la termodinámica sea aplicada al conjunto de los procesos energéticos y no sólo a las instalaciones. Este punto de vista ha inspirado a numerosos autores, por ejemplo a JC Deléage y sus amigos, coautores de otro libro remarcable, "Les servitudes de la puissance", elaborado a partir de la noción de "sistema energético".
Commoner se equivocó al pronosticar una penuria creciente de capitales: se ha producido precisamente lo contrario: una crisis de superproducción y sobreacumulación que dura ya treinta años. Pero señaló de manera acertada el agotamiento del sistema y la tendencia a la caída de la tasa de beneficio como producto de las enormes inversiones en capital fijo, en particular en el sector energético.
" La escasez de energía" denuncia en toda regla los monopolios del petróleo y de la petroquímica. De forma aún más clara que en "El círculo que se cierra", Colommer aboga en este libro por una solución socialista o ecosocialista: "Hace apenas unos años, la idea de la nacionalización provocaba reacciones embarazosas. Hoy en día, la necesidad obliga a tenerla en cuenta -bien es cierto, con prudencia- como una posibles solución a las dificultades de las compañías ferroviarias e incuso de la industria energética".
La conclusión a la que llega es más actual que nunca: "El encadenamiento ciego e irracional de los acontecimientos ha transformado la tecnología agrícola e industrial, ha modificado los transportes e incrementado el rendimiento del sistema productivo, pero al precio de un aumento aún mayor de sus necesidades en capital, energía y otros recursos. Ha suprimido empleos y deteriorado el medio ambiente, ha concentrado la fuerza física de la energía y el poder social que deriva de ella en un puñado de grandes sociedades generando paro y pobreza. Este es el vicio innato que ha engendrado la crisis del medio ambiente y de la energía y que amenaza con enterrarnos bajo los escombros de un sistema económico tambaleante".
A pesar de haber tomado, justificadamente, precauciones para no chocar con público americano, Commoner no ocultaba la realidad: "el vicio innato que amenaza con enterrarnos bajo los escombros de un sistema económico tambaleante" es la carrera capitalista por el beneficio. Leamos y releamos a Barry Commoner. Ese será el mejor homenaje que podamos hacer a este científico comprometido y riguroso, de espíritu libre y audaz, precursor del ecosocialismo.
Fuente original: http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article26546
Fuente de la traducción: http://www.vientosur.info/spip/spip.php?article7237

Carl Sagan: Cosmos (Episodio 1)

Mi pequeño homenaje a Alfredo Guevara, Chávez, El Ché, etc, etc

Cuando un revolucionario socialista se va, llora la humanidad y ríe la alimaña con apariencia humana.

Los servicios públicos que disfrutan tus células

Las venas y tus huesos, etc, son servicios públicos al servicio de todo tu organismo. Ningún Capriles podrá privatizarlos ni difamarlos

Cosas de vacas y proletarios

En el socialismo la mitad la vaca es tuya y la mitad de la sociedad, En el capitalismo burgués tu eres la vaca de uno o varios capitalistas.

viernes, 19 de abril de 2013

Carta de la tierra a la humanidad


Socialismo descentralizado y vida pluricelular. Semejanzas

El socialismo descentralizado es más ágil que el centralizado y en él la gente se sentirá mucho más comprometida. Si la base del individuo es la célula, sea la de una sociedad socialista la cooperativa de 2 miembros al infinito, sin marginar al trabajo por cuenta propia o el organizado por la propia familia. Ellos deben competir entre si para que no se duerman en los laureles y no se sientan tan ricos, debido  a las gratuidades excesivas, que no encuentren ningún estímulo en realizar bien su trabajo. Muchas de esas cooperativas, etc, morirán al tiempo que otras serán creadas, tal y como sucede con las células en ese socialismo creado por la vida durante millones de años en cada organismo pluricelular, incluido el de los mediocres que odian, o aman, al socialismo por incomprensión de lo que propone realmente el marxismo e incluso el anarquismo socialista, y los privilegiados, que lo odian porque perderán los privilegios en beneficio de la inmensa mayoría de la población.
 Pese a todo, jamás debe olvidarse el sentido del momento histórico para no caer en inmadureces o idealismos que olvidan que lo importante es el contexto, no las apariencias.

No admiro a Stalin ni a la Unión de Stalinistas Actuales de derechas. Mejor dicho, a la clase dominante imperialista multinacional..

Mensaje de David Icke a la humanidad

jueves, 18 de abril de 2013

Gore Vidal. interviú. Traducido al castellano


Los efectos del agente naranja, décadas después, en VIETNAM. 2


Medios de comunicación privados para la sumisión, el odio y la guerra





Una deuda no pagada  La fusión de dos escritos componen el siguiente texto: el primero, Medios de comunicación privados para el odio y la sumisión, concebido en febrero de 2012, y el segundo, La paz sin memoria de los medios del capital, escrito en febrero de 2013. Se han realizado algunos cambios, extraños momentos de ánimo o de indignación son responsables de que no siempre se escriba en modo similar; y por tanto, la necesidad de modificar o quitar algunas líneas para establecer un puente entre los dos escritos. Sin embargo, otra razón lo hace necesario, en febrero de 2012 los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC no estaban instalados, y un año después, ya escribíamos pensando en ello.
Esto último también provocó que ocurriesen cambios. Los temas de la guerra y la paz con justicia social llevaron a la inclusión de nuevos párrafos. No fueron muchos, pero con ellos se descubre la urgencia de investigar sobre la evolución de los medios de comunicación privados en Colombia. Es necesario hacerlo, porque, al parecer, la tecnificación y sus formatos evolucionan acordes a la intensificación de la guerra. No obstante, la tarea implica incluir en el análisis el desarrollo de los medios en Latinoamérica y, sobre todo, en momentos de dictaduras. El caso venezolano es, quizá, el momento decisivo en que descubrimos lo moderados que habían sido los análisis sobre los mass media: su relación directa con el golpe de Estado dado al Gobierno del presidente Hugo Chávez, evidenció que éstos no solo son cómplices de dictaduras, sino que son los medios de comunicación privados la dictadura misma.
Pero la tarea es una deuda no consignada en las siguientes líneas, aparece solo a manera de insinuación en algún párrafo, y que espero sea la excusa para la unión de muchas manos que escriban sobre el tema.
Medios de comunicación privados para la sumisión, el odio y la guerra , es el “nuevo” texto que ha surgido, producto de una fusión forzada que hace necesaria su presentación en dos partes. Medios para el odio y la sumisión, es la primera, donde se aborda la injerencia de los medios sobre lo emotivo y algunos aspectos del ejercicio de la manipulación mediática; y Medios para la guerra, es la segunda, donde tocamos el tema puntual del conflicto colombiano y la búsqueda de la paz con justicia social.
He aquí pues el texto de una fusión forzada que espero sirva de invitación para cancelar la deuda investigativa que en las siguientes líneas no se paga.
Medios para el odio y la sumisión
Aceptación y satanización son términos implícitos, o efectos, de los discursos empleados por los medios privados de comunicación. La aceptación, para nuestro caso, la asumiremos como aquello que emerge entre la opinión pública como “la verdad”; la satanización, por su parte, la entenderemos como su opuesto, “la mentira”. Acudimos al término “satanización” no por azar, o por capricho de estilo de quien escribe. Se propone por la capacidad de injerencia que los medios privados tienen en la actitud de la sociedad.
En la actualidad no basta saber y demostrar cómo los medios masivos del capital encubren y mienten sobre el mundo en que vivimos. Es necesario, además, abordar la relación que ello establece con lo emocional. Porque los discursos también tienen una injerencia sobre lo emotivo, provocan odio y sumisión.
Nuestra situación actual, a la que estamos siendo conducidos, se aleja del debate y los argumentos. En su remplazo, el señalamiento indiscriminado gana un espacio abismal. Contradecir la versión oficial de los medios así lo demuestra. Hoy disentir con el televisor no se recibe como una diferencia de opinión frente a lo dicho en noticieros y programas privados; obrar de esta forma, sin oportunidad de defensa alguna, significa ganar estatus de mentiroso frente a “la verdad” de la pantalla. El televisor es el nuevo ídolo, al que se venera como a un Dios, y su palabra es sagrada. Contradecirlo es pecado. Por tanto no solo somos mentirosos al contradecirle, además somos odiados, estigmatizados por los fieles que adoran la versión oficial.
En el mundo privado de los medios lo que importa no es la veracidad de los hechos ni la fuerza de los argumentos. Su accionar está determinado por la forma, la frescura de sus formatos y presentadores que imponen cualquier contenido, editado a su antojo. Su misión es recoger elementos fragmentados de la vida, de la cotidianidad, y elaborar con ellos un universo virtual de verdades aceptadas por la audiencia; son dioses mediáticos cuyos discursos evaden la exigencia de la argumentación y el debate.
Pero también son negocio. Entretener es su fuerte. No importa si es pobreza o muerte el tema, nada se salva de ser rentable. Para ello siempre habrá una música de fondo, un narrador con tono melancólico, y algunas miradas de niños y gente humilde en cámara lenta para hacer del drama algo entretenido y conmovedor. Tratan de mostrarlo como si fuese un gesto humano, cuando simplemente es una distracción pasajera que en pocos días será desplazada por otra tragedia más rentable y conmovedora. Pasan de tragedia en tragedia sin desnudar aquello que la produce. Presentan la pobreza como un acontecimiento espontáneo, natural, que nace y muere en el lugar que está, y cuya solución recae en la caridad de las personas. Mientras su trasfondo, sus verdugos jamás son tocados; no se informa sobre la corrupción y el saqueo legislativo del congreso que las provoca. Con golpes de pecho y llamados “al buen corazón” desvían la atención y esconden las causas del problema, a los responsables, a quienes diariamente despojan a la sociedad de oportunidades para una vida digna. Es una sutil forma de silenciar la crítica, la reflexión y la rebeldía ante la injusticia.
Los medios privados promueven temas para su aceptación y repetición. La sociedad es la presa que, sin argumentación y debate, repite y acepta un mundo virtual bien presentado, bonito, impecable. La realidad editada y tergiversada en formatos agradables a los ojos, los oídos, y la manipulación del corazón, resulta más entretenida que una realidad no-editada. La sociedad se vuelve adicta a la vida representada, mas no vivida. Cinco horas de magazín en las mañanas, una televisión sin angustias, sin debates sobre los problemas sociales, reemplaza el tiempo de la vida en la calle, y desalojan en forma dramática el pensamiento y la acción para transformar la sociedad. Es un monopolio de la audiencia donde se imponen discursos con intereses definidos. No son temas para solucionar los problemas del pueblo, sino temas para sostener los intereses de los dueños del capital, que a su vez, y sin descaro alguno, también son propietarios de los medios. Son ellos quienes definen qué es “lo bueno” y qué es “lo malo”.
Controlar los temas es controlar las prioridades de la población, es controlar su ideología. No hablamos de lo que necesitamos, se nos impone lo que otros requieren que se diga. Los medios privados ejercen control sobre los discursos, y éstos sobre la actitud y actividades de la sociedad. El Tratado de Libre Comercio entre Colombia y E.E.U.U. es un ejemplo claro de lo anterior. Su aprobación fue celebrada en diarios y noticieros, y posicionado el tema como algo benéfico para el país. En sus medios no existe debate que diga lo contrario, a no ser por las breves intervenciones de organizaciones sociales cuyos argumentos, a manera de telegramas o twitter, quedan en desventaja ante los funcionarios del gobierno que poseen largas horas a la semana en los noticieros del capital.
Temas cruciales para la sociedad son tratados en modo similar. Son muchos los ejemplos que podríamos citar, casos innumerables, pero ahora nos interesa tratar un tema en particular: el conflicto colombiano y la búsqueda de la paz.
Medios para la guerra
En 1998 tres hechos se cruzaron en Colombia: la puesta en marcha de los dos primeros canales privados de televisión, el Proceso de Paz entre el Gobierno y las FARC (suspendido en el 2002), y las gestiones ante el Gobierno norteamericano para implementar el proyecto contrainsurgente conocido como “Plan Colombia [2]”.
Llama la atención que estos hechos ocurrieran en forma simultánea, porque la decisión de intensificar la política de guerra del Estado colombiano (con la implementación del Plan Colombia) coincide con el fortalecimiento de los medios de comunicación privados que obtuvieron sus dos primeros canales de televisión. Y recordemos que todo ocurre en 1998, cuando se adelantaba el Proceso de Paz entre el Gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana y la guerrilla de las FARC, proceso que hoy también conocemos como los “diálogos del Caguán”. Debemos recordarlo porque es este, quizá, el episodio más claro donde observamos que la intensificación de la guerra y los medios del capital evolucionaron conjuntamente contra la solución política al conflicto colombiano. Vemos, entonces, a los medios de comunicación privados como un componente fundamental para el análisis del conflicto colombiano.
Tomemos por ejemplo los dos últimos procesos de paz. Ha sido función de los medios mantener la tensión y promover su ruptura. Si en los diálogos del Caguán el tema de la zona desmilitarizada era presentada como la “entrega” de una parte del territorio y la rendición del Estado colombiano a la insurgencia, hoy los medios llama “secuestrados” a los prisioneros de guerra capturados por las FARC para hablar de “la no voluntad de paz” de la guerrilla. Éstos son algunos casos concretos que podríamos citar. Sin embargo, la estrategia para actuar en contra de los dos últimos procesos de diálogos con las FARC, radica principalmente en tomar episodios de la confrontación armada, centrando la atención únicamente en las acciones de la guerrilla, y exponerlas como justificación para no continuar dialogando sobre la solución política del conflicto. Pero hay otra finalidad. También recurren a ello para reducir “la paz” a un simple proceso de dejación de armas de la insurgencia, toda una estrategia mediática diseñada para ocultar la no voluntad de paz del Gobierno, cuya postura se traduce en la negativa de cambiar las estructuras económicas, políticas y sociales que hoy condenan al pueblo colombiano a la miseria.
Es determinante el papel que juegan los medios como actores del conflicto colombiano, en tanto que la guerra no solo representa una carrera armamentista, es la guerra, además, un discurso cotidiano que deber ser aceptado y avalado por la sociedad.
Y son los medios los encargados de imponer ese discurso. Para ello despliegan la propiedad privada que ejercen sobre la información, y desaparecen de sus programas la salida política al conflicto como opción a seguir; la omiten de tal manera que prácticamente es borrada del imaginario de las personas y presentada como una posibilidad absurda y descabellada. Aprovechan el monopolio de la audiencia del que gozan, y en su lugar exhiben la guerra como verdad, única solución. Hasta que la sociedad queda cautiva de su influjo, y finalmente acepta y repite el mismo discurso, mientras practica el odio y aclama la muerte: “¡hay que acabar con esos terroristas!”, son sus palabras, aunque inducidas por otros.
Muchas son las razones para no continuar la guerra, –y de las cuales nunca hablarán­–. Razones tan mínimas como saber que una simple operación matemática, de suma y resta, es suficiente para demostrar que el dinero dedicado a la guerra podría solucionar grandes problemas del pueblo, si fuera invertido para su bienestar. Pero lo último no tiene relevancia en la agenda noticiosa –obviamente–, ni se repite con la misma frecuencia que la palabra “terrorismo”. “Salida política al conflicto”, es una frase excluida del vocabulario de presentadores en noticieros, magazines y realitys, y la “operación matemática” que brindaría más recursos para la inversión social, es omitida en la programación de los medios privados.
Así se impone el odio como verdad, y la sensatez como mentira para ser odiada, estigmatizada. Los resultados son aterradores. Quienes proponen la salida militar al conflicto son aceptados en sociedad, mientras que aquellos que se oponen, son vistos con desconfianza y recelo, estigmatizados y señalados como personas peligrosas que “apoyan el terrorismo”.
Hoy vivimos momentos de coyuntura. Las FARC y el Gobierno colombiano se encuentran de nuevo en una mesa de diálogo; y el hecho nos podría llevar a pensar que las cosas son diferentes. No obstante, no debemos equivocarnos. Si la frase “solución negociada al conflicto” es hoy empleada por los medios, es solo una forma más agresiva de negar la salida política a la guerra en Colombia.
Esto no es nuevo. Durante los diálogos del Caguán, la frase “salida negociada al conflicto” también fue utilizada por los medios de comunicación privados; pero ahora sabemos que su intención, su estrategia de guerra, no era otra que preparar el terreno para la aceptación de un Gobierno que aseguró acabaría con la insurgencia en un periodo de cuatro años. La tarea fue encomendada a Álvaro Uribe Vélez, quién duró 8 años en el poder implementando el Plan Colombia, sin lograr derrotar a los grupos insurgentes. Sin embargo, una tarea si fue lograda: posicionar al país como un violador sistemático de los derechos humanos, con casos tan aberrantes que incluyen crímenes de guerra que conocemos como “falsos positivos”.
El Proceso de Paz del Caguán nos dejó enseñanzas importantes sobre el tema. Porque su experiencia demuestra que para intensificar la guerra, los medios recurren al tema de la paz y la salida negociada al conflicto como plan estratégico para justificar la guerra. Podemos observar cómo funciona su lógica: si la guerrilla acepta desmovilizarse y entregar las armas sin que ocurran cambios estructurales que pongan fin a la iniquidad del país, los medios promueven los diálogos y aplauden la buena voluntad de la insurgencia; pero si la insurgencia se niega a desmovilizarse en tanto no sucedan cambios en la estructura política, económica y social, es decir, hasta que no se garantice condiciones de vida digna para el pueblo colombiano, entonces los medios justifican la ruptura de los diálogos mostrando a la guerrilla como “culpable” del fracaso.
Y justificada la ruptura en las noticias, justificado el odio y la intensificación de la guerra contra “los culpables”: la guerrilla. De este modo la frase “salida política al conflicto” se convierte en víctima de esa guerra, y quienes se oponen a la vía militar, en víctimas de quienes les señalan de ser colaboradores de la insurgencia.
Ahora volvamos a los momentos de coyuntura política del país. Vemos, al igual que en los diálogos del Caguán, que la paz convertida en noticia por los medios de comunicación privados, significa la guerra llevada al escenario de la conspiración contra la justicia social del país.
Pero los alcances de los medios son mayores. Porque sostener la guerra como forma de prolongar la injusticia y la desigualdad en un pueblo, implica cumplir una tarea más siniestra: convertir la paz en una guarida para la desigualdad y la injusticia del país.
Para los medios del capital, el conflicto colombiano carece de causas y orígenes. Es su misión presentar el alzamiento armado en Colombia como un acontecimiento sin antecedentes. Por tanto, para ellos no existen procesos de paz que pongan fin a los problemas sociales que originaron el conflicto; su estrategia es la imposición de palomas blancas en mentes en blanco, una paz de vencidos y vencedores donde solo hay cabida para la rendición de los grupos insurgentes. Todo es un reality mediático que semeja libros de superación personal llevados a la pantalla, y que se encargan de desaparecer las causas que dieron origen a la insurgencia, al igual que ocultan la permanencia y profundización de las mismas.
Noticieros, presentadores y periodistas se ocupan de presentar el conflicto en Colombia como un acontecimiento sin memoria. Pobreza, injusticia y terrorismo de Estado, desaparecen de la bandeja de programación al hablar de paz, y también se excluyen como causantes primordiales del alzamiento armado en el país.
Con sus cámaras y micrófonos convierten la paz en un reality donde los fusiles de la insurgencia deben entregarse a cambio de camisetas blancas, taxis, capacitaciones para crear microempresa, y uno que otro puesto en el Congreso de la República, sin que ocurran cambios en el modelo económico, político y social del país.
Es el reality de los medios del capital imponiendo el libreto para hablar de paz, donde el Gobierno es el protagonista presto a repetir cada una de sus páginas.
“Ni modelo económico ni doctrina militar están en discusión”, es la primera línea a memorizar; ensayada luego frente al espejo como si se estuviese en la mesa de diálogos de paz; repetida una y otra vez hasta lograr naturalidad; y finalmente dejada en libertad para ser divulgada por los negociadores del Gobierno, tal como ocurriera el 18 de octubre de 2012 en Oslo. Es un libreto hecho a la medida del tirano, que en una línea deja claro el mensaje del Estado: con el pueblo no se discutirá el modelo que lo condena a la miseria, ni habrá cambios en las estructuras responsables de la iniquidad, el saqueo transnacional, la represión, y el terrorismo de Estado en Colombia.
“Paz con justicia social” es la frase que molesta a los medios del capital. Es para ellos un fastidio la paz rebelde del pueblo colombiano, les incomoda, porque se opone a la paz como guarida para el silencio y negación de los problemas históricos de la sociedad. Es clara la razón; miseria, injusticia, corrupción, saqueo transnacional, y terrorismo de Estado, no son temas a resolver en la paz de la superación personal que imponen los medios de comunicación privados. Su paz es la continuidad de las causas del conflicto, pero con los fusiles de la insurgencia silenciados.
Todo está escrito en el libreto para negar la justicia social que requiere el país. Pero también se escribe para desconocer el conflicto que diariamente padecemos. Hay hechos que lo confirman. Cada vez que el Gobierno rechaza la toma de prisioneros realizadas por las FARC, sirve para ratificarlo. Porque su propósito de calificar como “secuestrados” a los prisioneros de guerra es solo parte del reality que niega las dinámicas cruentas del conflicto, y un distractor para evadir las discusiones de fondo que exigen cambios en el modelo de desarrollo del país, como es el caso de la Política de Desarrollo Rural y Agrario Integral ampliamente debatida por el pueblo colombiano en diciembre de 2012.
Hagamos un paréntesis, o tal vez una claridad. La toma de prisioneros es una expresión del conflicto interno que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos reconoció para asegurar jurídicamente los bombardeos [3] contra la insurgencia, el mismo conflicto interno que hoy niega cuando califica de “secuestrados” a miembros de la fuerza pública que se desempeñan como combatientes y que son capturados por las FARC.
Es este uno de los hechos más dicientes y vergonzosos realizado por los medios de comunicación privados en Colombia; en cada canal, y en cada uno de sus programas, desconociendo a los prisioneros de guerra como una realidad concreta del conflicto.
Los medios actúan en modo sincronizado para reproducir las necesidades de guerra del Gobierno. Y el anterior, es tan solo un episodio descarado de su actuar. Funcionan como simples reproductores de la versión oficial del Estado. Y utilizando el monopolio de la audiencia del que gozan, se imponen como versión única del conflicto. Los medios no buscan fuentes de información, ni siquiera buscan las fuentes oficiales del Estado, porque hacerlo significaría que se están buscando a sí mismos. Son los medios, por tanto, fuente directa del conflicto integrada al orden político, económico y social que perpetúan con cada Gobierno.
Es fácil entender ahora por qué su accionar solo se enfoca a promover el odio hacia la insurgencia –su enemigo–, mientras oculta los miles de crímenes cometidos por el Estado.
La sociedad desconoce, en su mayoría, el conflicto colombiano. La carencia de fuentes para conocerlo, así lo determina. Pocos son los periodistas que se atreven a informar sobre la versión de la insurgencia. Y quiénes se atreven a hacerlo, se convierten en objeto de señalamientos, estigmatización y persecución estatal.
La versión única del conflicto ejerce monopolio sobre la audiencia e imposibilita construir un criterio autónomo frente a la guerra. Se conocen las armas del conflicto, pero se ignora la condición humana de quien las empuña contra el Estado. Como fuente oficial, los medios humanizan solo a los combatientes que defienden al Gobierno, al tiempo que niegan la condición humana de los combatientes de la insurgencia. De este modo se justifica la pena de muerte en el imaginario de las personas. Porque “dar de baja”, dar muerte a un ser despojado de su humanidad, no representa motivo de reflexión para lo sociedad, es obvio que no lo representa, pues es la sociedad quien ahora aclama por los actos de sangre: “hay que acabar con esos terroristas”, son sus palabras, pero recordemos que inducidas por otros. Esto constituye una de nuestras grandes tragedias. A quienes siempre hemos abogado por la humanización de la guerra, su regularización, ahora nos sobreviene una tarea más profunda: la guerra de los medios debe tener como respuesta el trabajar por la humanización de la sociedad, a luchar para rescatarla del odio, y recuperarla de nuevo para la vida y su defensa.
Con la estrategia del odio polarizan la sociedad contra cualquier posibilidad de diálogo de paz con la insurgencia colombiana. Aunque también cumple otro objetivo, despojar al adversario de toda condición política, y, en consecuencia, del uso de la palabra. Es de esta forma como operan para silenciar la otra historia de la guerra y sus acontecimientos.
Sin embargo, existe la posibilidad de conocer la otra historia del conflicto. Distintas fuentes de información reposan esperando ser analizadas. Sabemos que la guerra es también una confrontación mediática, y la insurgencia cuenta con presencia en esa dinámica del enfrentamiento. Sus audios, videos, fotos y documentos reposan en el mundo de la virtualidad para ser consultados. Y quienes pretendan estudiar el conflicto deben acudir a estas fuentes sin temores, sobre todo quienes ejercen la docencia y la investigación universitaria. Porque la universidad no puede ser un lugar de censura para hablar del conflicto con todas las voces que lo componen. Ya conocemos la versión de los medios privados, ahora debemos conocer la versión la insurgencia. El no hacerlo constituiría un hecho de suma irresponsabilidad, pues estaríamos evadiendo el camino hacia la lectura autónoma del conflicto.
Pero consultar las “dos fuentes oficiales” no representa la solución. La historia del conflicto siempre estará inconclusa si no surgen otras versiones desde del periodismo independiente. De allí la importancia de los medios alternativos y populares, por su tarea decidida de informar los acontecimientos sobrepasando la versión oficial del Gobierno y la insurgencia.
Por ello a los medios alternativos les atañe una noble misión frente al conflicto: curar a la sociedad del odio que la ciega, esto significa, despertarla para que sea su camino la lucha por la solución política al conflicto y la paz con justicia social.
No obstante, lo anterior solo debe ser una de nuestras banderas. En tanto que nuestra mirada no puede detenerse solo en ejércitos y cuerpos policiales que sostienen la guerra y ejercen control sobre las poblaciones. Más allá del sostenimiento de la guerra, el ocultamiento de las injusticias y los crímenes de Estado, los medios privados tienen como objetivo promover el odio a la crítica y a quienes la ejercen contra la sumisión.
Nunca antes como hoy luchar contra la corrupción, la injusticia y la tiranía, había sido tratado con tanto desprecio por quienes padecen las infamias del tirano. El control sobre la sociedad y el grado de afectación en su cotidianidad ha sido tan fuerte y prolongado, que su logro está en hacernos parecer personas no deseadas, rechazadas y aisladas por una sociedad que yace confundida y, en su mayoría, resignada a la opresión.
Hace poco más de un siglo, Oscar Wilde anotaba que en “la mayoría de nosotros, la vida verdadera es la vida que no llevamos”. Sin embargo, el orden actual de las cosas sobrepasa esta tragedia. Ahora no solo se trata de las máscaras que llevamos ante la sociedad. Es la sociedad, en sí misma, una gran máscara, una ilusión de libertad creada por los medios del capital. Es aquí donde un proyecto de comunicación alternativa retoma su importancia. Porque se trata no solo de informar lo que el capitalismo oculta tras sus medios. Su tarea es de más largo aliento. Desenmascarar la sociedad, y dejar desnudo el esqueleto de resignación y sumisión que la caracteriza, constituye un objetivo fundamental de su quehacer.
Estamos enfrentados al odio como estrategia de satanización hacia las luchas populares y como medio para sostener la guerra, saberlo de antemano, es asumir con responsabilidad el espacio que queremos transformar con la comunicación alternativa. De ello dependerá el acierto de nuestros proyectos o, caso contrario, qué tanto desconocemos de la dominación.
Lo que está en juego es la recuperación de la memoria de nuestros pueblos, su carácter soberano, y su criterio autónomo frente a los hechos. El trabajo de la comunicación alternativa radica en arrebatarle el mundo a la virtualidad creada por los medios privados, despojarlo de sus máscaras, despertarlo de la sumisión, y recuperarlo para vida solidaria de los pueblos.


Documento presentado en el Primer Foro Conflicto, medios y solución política, organizado por la Marcha Patriótica del departamento del Valle del Cauca, el Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (PUPSOC), y la Red de Medios Alternativos y Populares (REMAP). Santiago de Cali, febrero 28 de 2013. [2] Aprobado en el Congreso de Estados Unidos el 11 de julio de 2000, el Plan Colombia plantea cuatro componentes:
1) Solución Política Negociada al conflicto.
2) Recuperación económica y social.
3) Iniciativa contra el Narcotráfico.
4) Fortalecimiento Institucional y Desarrollo Social.
De los cuatro, centrémonos en el tercero, Iniciativa contra el Narcotráfico, porque sirvió de justificación para fortalecer el del aparato militar colombiano, a través de la ayuda económica norteamericana para fines contrainsurgentes. Y los fines “sociales” que –aún– presume contener, son simplemente su cortina de humo, al igual que la inclusión de una iniciativa “enfocada” a la solución negociada del conflicto. Por ello, es necesario centrarnos en sus tres primeros años de ejecución para establecer cuál fue su comportamiento durante el Proceso de Paz adelantado en aquel entonces. Por ejemplo, la investigadora María Clemencia Martínez anota que en los tres primeros años, el presupuesto asignado a la negociación del conflicto representó solo el 1% de los dineros asignados por Estados Unidos, mientras que el componente militar se fortaleció abismalmente, si tomamos en cuenta los datos de la División Nacional de Planeación que, en informe de septiembre de 2003, reporta que con el Plan Colombia “la Fuerza Pública incrementó su capacidad helicoportada en 77% y el número de aviones en 16%”, así como también “aumentó en 320% la capacidad aeromóvil del Ejército y en 57% la de la Policía”. Y por tanto, durante esos tres años de ejecución, la investigadora concluye que “los recursos provenientes de Estados Unidos, que son la mayoría del total proyectado para cubrir el Plan Colombia, se han orientado a financiar el tercer componente, definido como la Iniciativa contra el Narcotráfico, con una participación mínima en el componente de Fortalecimiento Institucional y Desarrollo Social”. Véase EL PLAN COLOMBIA DESPUES DE TRES ANOS DE EJECUCION: entre la guerra contra las drogas y la guerra contra el terrorismo , de María Clemencia Martínez. Disponible en: http://www.mamacoca.org/Octubre2004/doc/EL_PLAN_COLOMBIA_DESPUES_DE_TRES_ANOS_DE_EJECUCION.htm#_ftn24  
[3] Ver las declaraciones del presidente Juan Manuel Santos: http://youtu.be/2GDq0DQZNp0
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Cambiar el concepto de propiedad puede ser sumamente revolucionario

 Todos los que producen, empresas o particulares, para que otros consuman son un servicio público que debería regularse para evitar que estafen a los consumidores, tanto si ese producto es información, alimentos, productos industriales o del sector servicios, etc.Así que menos cuentos para justificar que medios de comunicación censuren ideologías que les desagradan o se dediquen a desestabilizar y al golpismo. o que sean la voz de sus propietarios y no la de los ciudadanos. Todo servicio público, incluido el servicio público en manos privadas, está para servir al público, no a sus propietarios o anunciantes. ¿Por qué sanidad, la sociedad, mete sus hocicos en un restaurante o un bar y se le niega ese derecho a meter las  narices en cualquier otro sector económico donde se produzca algo para que otros lo consuman o consuma más de una persona, incluido alguien del colectivo de productores? Cuanto menos espacio se le deje a los pícaros, mejor para la sociedad en su conjunto.

miércoles, 17 de abril de 2013

Cuba. Seguramente soy negra y no me he dado cuenta

 Denia García Ronda La Jiribilla

Cuando yo era niña y adolescente tuve varios enfrentamientos con mi madre —que era muy racista— porque me quejaba de no haber nacido mulata, ya que mi piel, demasiado blanca, no me permitía disfrutar abiertamente del sol, de la playa, de paseos por la ciudad; se llenaba de pecas y de manchas; se resecaba por la escasez de melanina. Debía esconderme bajo sombrillas o sombreros, empavesarme de cremas, o atenerme a las consecuencias de quemaduras si no tomaba esas precauciones. Ahora resulta que, por los criterios de Roberto Zurbano [1] sobre la imposibilid de los negros de acceder a determinadas facilidades que tienen ahora los blancos para acceder a ciertos beneficios, me he dado cuenta de que, aunque mi insoportable piel no se ha enterado, yo soy negra. Él dice, por ejemplo, que “los cubanos blancos, […] han equilibrado sus recursos, para entrar en la nueva economía de mercado y cosechar los beneficios de un socialismo supuestamente más abierto”. Como no es mi caso —y el de muchísimos cubanos blancos— debe ser que no soy blanca, digo yo. No puedo —como muchísimos cubanos blancos— acceder a una pieza (“una pequeña pieza y no una pieza colosal”) de hotel, o viajar libremente, o comprar un celular, no ya un automóvil, porque simplemente no tengo recursos para ello. Yo debo ser negra. Creo que la lucha contra el racismo —que existe y hay que combatirlo— no puede librarse con absolutizaciones, con conclusiones superficiales y con desvíos de las causas de las diferencias en los accesos a las posibilidades que ahora ofrece nuestra sociedad. Ello parte de un problema de desigualdad eminentemente económica, y en esto se incluyen tanto blancos como negros. Y no solo aquellos que se pueden considerar por debajo de la línea de pobreza, sino cualquiera que viva de un salario o una pensión en moneda nacional. He visto con mis ojos cómo cubanos negros tienen esas posibilidades porque o bien reciben remesas —aunque se trate de minorías en relación con los blancos que las reciben— o porque su trabajo les permite disponer de CUC, o porque tienen relaciones con extranjeros, o por cualquier otra razón. Y sería fácil demostrar que la gran mayoría de los blancos, como la inmensa mayoría de los negros, no pueden disfrutar de esas facilidades. Por otra parte, considero que ellas no son prioridades para la mayor zona de la población cubana —sea blanca, negra o de cualquier color—, sino tener una entrada económica, ya sea por trabajos privados o por un salario coherente con su labor, que le permita poseer una vivienda decorosa, una alimentación suficiente, vestuario, y otros elementos indispensables, además de una reserva para entretenimientos y otros gastos. Lo demás, para esa gran mayoría, significa un lujo —no despreciable, pero en fin lujo— y no es, según mi criterio, lo que se debe enarbolar para hablar de “carencias” o desigualdades. No se trata de negar que el sector negro de nuestra sociedad tiene desventajas que parten históricamente de la esclavitud y el consecuente racismo después de su abolición. Los cubanos negros y mulatos, efectivamente, no tuvieron en el pasado las oportunidades de los blancos para su superación económica y cultural, y eso, de alguna manera, se ha arrastrado hasta hoy; pero la peor consecuencia fue la mentalidad racista y discriminatoria que se instaló en el imaginario de buena parte de la población, y que, al tratarse de un asunto cultural y psicológico, es mucho más difícil de eliminar. Es, sobre todo, contra esa mentalidad que hay que batallar, pero no negando lo que se ha podido hacer hasta ahora, sino proyectando acciones que permitan seguir avanzando hacia su eliminación. Zurbano da como actuales situaciones que fueron ciertas en décadas anteriores, pero no ahora. Por ejemplo, cuando afirma: “El racismo en Cuba ha sido ocultado y reforzado en parte porque no se habla de él. El gobierno no ha permitido que el prejuicio racial sea debatido y confrontado política o culturalmente, pretendiendo a menudo, en ocasiones, que no existe”. No es pensable que alguien tan interesado en la cuestión negra en Cuba, y que incluso haya escrito sobre ella, no sepa de la cantidad de textos que se han publicado acerca de esto, desde hace casi dos décadas. La revista Temas, por ejemplo, ha publicado 34 artículos y cinco paneles de discusión relacionados con esto. Catauro, de la Fundación Fernando Ortiz, La Gaceta de Cuba, de la UNEAC, Caminos, del Centro Martin Luther King, La Jiribilla, Casa de las Américas, por solo citar algunas publicaciones, también han abordado el tema. Se han publicado libros, ha habido debates en diversas instituciones, se han creado comisiones para discutir este asunto, se han realizado filmes sobre el tema. Por supuesto, falta una mayor socialización de esas actividades. Los medios de comunicación masiva son todavía bastante reacios a abrir el necesario debate sobre el racismo y la discriminación. Sin embargo, en estos momentos, el Canal Educativo 2 y la Fundación Nicolás Guillén están preparando un curso sobre la presencia negra en la historia y la cultura cubanas que pretendemos sirva para el mayor conocimiento y valoración por la población cubana del pensamiento, las acciones, las creencias, las resistencias y los aportes de las colectividades y personalidades negras, desde los tiempos coloniales hasta la actualidad. Esperamos que ese curso sea el inicio de una mayor visibilidad de la cuestión negra en Cuba, no con un sentido de exclusión en relación con los demás componentes de nuestra nacionalidad, sino para que el desconocimiento de su impronta no sea una de las causas del racismo. La no mayor divulgación de los abordajes sobre los cubanos negros —asignatura pendiente efectivamente—, no puede justificar la expresión absolutizada de que “no se habla” de ello, y lo que es peor, de que “se oculta”, como si estuviera en la voluntad política del gobierno. Esos libros, artículos, investigaciones, debates, películas, van abriendo un camino, si no suficiente, si efectivo para ir eliminando de las mentalidades los prejuicios raciales y las acciones discriminatorias; y eso debe ser reconocido. No creo que sea prudente, por obvio, comparar la situación de los cubanos negros antes y después de 1959, pero sí es necesario que los interesados en contribuir a superar el racismo y la discriminación analicen objetivamente, sin apasionamientos ni paternalismos, en qué punto de ese camino estamos, en qué nos hemos equivocado, y qué se puede proyectar para llegar a la meta. No creo que el artículo de Zurbano para el New York Times ayude a ese propósito. Denia García Ronda es Directora académica de la Fundación Nicolás Guillén. [1] Roberto Zurbano, “Para los negros en Cuba la Revolución no ha comenzado aún”, en http://www.lajiribilla.cu/2013/n621_03/new_york_times.html. Fuente: http://www.lajiribilla.cu/articulo/4409/seguramente-soy-negra-y-no-me-he-dado-cuenta

Seguro que ningún medio importante de los tolerados por los ricos estadounidenses o de otros países publicará esto:  
La explotación capitalista es evidente cuando a una mujer se le paga menos por igual trabajo; es decir, se la explota más que al varón. También es evidente la siguiente: compro un robot por 10000 dólares y le saco a su trabajo 15000; 5000 proceden de su explotación. Imaginemos que los obreros son máquinas. Su explotación consistiría justo en el beneficio obtenido tras pagar los gastos de uso de cada una de ellas y los requeridos para adquirirlas. Más fácil de entender para algunos: contratas a un obrero por 10000 dólares anuales y te produce 15000, 5000 que le has explotado Leer más
Cómo intermediarios y mayoristas explota a los pequeños campesinos y artesanos, etc

Cómo se explota a los jornaleros, braceros


Tampoco esto:  Y la gran contradicción: Piden elecciones “libres” en Cuba los imperialistas estadounidenses que derriban gobiernos electos en elecciones “libres” Varios hechos: Guatemala 1954, R. Dominicana 1965, Chile 1973; y Honduras 2009. Extraña libertad de elección le plantearon los imperialistas al pueblo nicaragúense en 1990: Si votas por el FSLN, votas porque continuemos haciéndote la guerra y armando a la contra, y si votas por la oposición, ni guerra ni contra tendrás.Si al pueblo estadounidense le diese por sublevarse contra ellos, menos del 0,5%, no dudarían en aplastarlo con mercenarios, militares nacionales y fuerzas del orden, etc. La contrarevoluciones son más crueles y numerosas que las pocas revoluciones que logran triunfar. Extraños demócratas son los imperialistas, esos dictadores cuando van de visita atracadora sin que nadie les invite, esos que reconocen como elecciones libres sólo aquellas en las que triunfa algún miembro de su servidumbre en el exterior. Putin no pertenece a esa servidumbre y por eso le difaman, como difaman a Cristina, Evo, Correa, Ortega, Chávez, Fidel y Raúl, Irán, Corea del Norte, etc, como difamaron a la URSS, China.

Y menos esto:  

El imperialismo de EE UU surgió de la guerra con una enorme capacidad industrial, agrícola y financiera al mismo tiempo que todos sus competidores potenciales estaban postrados económicamente. Esto era especialmente cierto en el caso de la Unión Soviética. Horowitz cita una notable descripción aparecida en The Observer escrita por el experto ruso Edward Crankshaw: Viajar tan lentamente por tren sobre las recién abiertas vías férreas desde Moscú hacia la nueva frontera en Brest Litovsk en los días posteriores a la guerra, era una experiencia terrible. En cientos, en miles de millas, no había objeto en pie o viviente a la vista.. Cada pueblo estaba arrasado, cada ciudad. No había graneros; no había maquinaria. No había estaciones ni torres de elevación de agua. No había un solo poste de telégrafo en todo ese vasto campo y las amplias fajas de bosques habían sido cortadas por los guerrilleros a lo largo de la línea como protección
Leer artículo fuente, de Ernst Mandel
A partir de los anteriores hechos históricos, los ideólogos capitalistas han construido una de las mayores mentiras de la historia; su afirmación de que el socialismo fracasó.: La gran mentira del capitalismo: fracasó el socialismo

Capriles, el PP y el fascismo de siempre




publico.es


La derecha cree que el poder le pertenece. Cuando salen electoralmente de los palacios de gobierno, suelen desconocer las elecciones. Primo de Rivera, Franco, Pinochet, Salazar, Videla, Carmona… Desde que desapareció la URSS, la derecha del fin de la historia creyó que ya no tenía adversarios. Chávez les descuadró las cuentas. Por eso aplicaron en Venezuela todas las tretas. Pero el proceso bolivariano las derrotó todas, incluido el golpe tradicional. Tuvieron que ponerse la máscara de demócratas. Cuando les sacas diez puntos, parece que no les queda otra que aguantarse. Eso sí, no sin intentar enturbiar los procesos electorales. Cuando las cifras son más apretadas, dan una patada a la mesa. Algo que nunca ocurre cuando el mismo caso ocurre en la dirección contraria.
Todos los grupos de observación internacional en Venezuela expresaron este 15 de abril sus conclusiones sobre las elecciones presidenciales: han sido elecciones limpias, transparentes, fiables, en conclusión, expresión veraz de la voluntad popular. Todos los grupos han coincidido. Observaciones internacionales donde están ex Presidentes de los tribunales electorales de América Latina. Incluidos los de países donde se desarrollan sistema políticos bien diferentes, como Colombia o México. Capriles quiere desconocer estas declaraciones colectivas prestigiosas, y se ha apoyado en individualidades (un eurodiputado del PP que lleva diez años haciendo las mismas declaraciones), o en un par de gobiernos que suelen pecar de los mismos excesos. Qué curioso, los de los dos países que reconocieron como Presidente al golpista Carmona en abril de 2002. El gobierno español de Aznar (hoy de su delfín, Mariano Rajoy) y los Estados Unidos de la doctrina Monroe (da igual que el inquilino de la Casa Blanca sea Bush o sea Obama).
Capriles ha desconocido la victoria de Nicolás Maduro, quien le ha sacado los votos que le sacó Aznar a Felipe González o Felipe Calderón a Andrés Manuel López Obrador. Por supuesto, más de los que le sacó Bush a Al Gore. Pero a Capriles le ha dado lo mismo y ha llamado a sus huestes a la insurrección. Y le han hecho caso: quema de Centros de Diagnóstico Integral (ambulatorios), de sedes de partidos (del Partido Socialista Unido de Venezuela), asedio a las televisiones públicas (VTV y TeleSur), persecución de médicos cubanos, quema de casas sociales y asesinato de chavistas (disparados desde vehículos). Azuzados por los que, hace apenas dos días, sonreían diciendo que para chavistas, ellos. Que iban a respetar las misiones, que iban a nacionalizar a los médicos cubanos, que iban a defender los logros de los últimos años, que estaban con el pueblo. Les sale el golpista en cuanto se juntan tres o cuatro.
Y el gobierno del Partido Popular, apoyando. Qué bochorno. Como si no nos bastara el daño que nos hacen dentro, también nos avergüenzan fuera.
Venezuela ha aprendido del golpe de 2002. También América Latina. Sabe que los que ahora desconocen el resultado, son los fascistas de siempre. Un periodista venezolano del Opus Dei, destacado por matar a Chávez diez o doce veces antes de tiempo, afirmó este lunes 15 que en un centro médico se escondían cajas con papeletas electorales. Las turbas de la oposición han tomado ese centro, destrozando todo, agrediendo a los médicos, secuestrando a pacientes. Unos atizan el odio y otros lo ejecutan. No son menos culpables.
Capriles pide el conteo del 100% de los votos. No habría problema, salvo que es mentira que les interese el resultado. Saben que han perdido. Se lo ha dicho, incluso, el rector electoral que tienen en el CNE. Todos los expertos del mundo saben que auditar el 54% de los votos es mucho más de lo necesario. Es la proporción que se audita en Venezuela. Esa auditoría ha demostrado que el recuento manual de las papeletas y el resultado de la máquina coinciden. 15 auditorías previas habían blindado previamente el procedimiento. El sistema venezolano es el más auditado del mundo. Capriles quiere ahora que se cuenten el 100% de los votos. Y lo exige desde sus medios de comunicación. Lo único que busca es desconocer al Consejo Nacional Electoral (si quiere ese conteo, debiera impugnar las elecciones, pero no lo hace porque quedaría como un imbécil después de las auditorías ya efectuadas). Quieren tiempo y ruido. Por lo mismo muestran fotos de destrucción de material electoral de otros comicios (de 2010) como si fueran actuales, para enardecer a sus ya abducidos fanáticos. ¿No es un delito incitar al odio y la violencia a través de mentiras?
En otros países, lo que ha hecho Capriles y los medios de comunicación que le apoyan les significaría cárcel. Son comportamientos insurreccionales que desconocen las leyes aplicando violencia. No es desobediencia civil pues es violenta y no busca generalizar ningún derecho. Qué hipócrita el PP que apoya estos comportamientos y quiere encarcelar a los indignados, a los desahuciados, a los estudiantes a los que se les niega el derecho a estudiar. El fascismo de siempre, que no cree en la democracia.
Hace poco Aznar estuvo en el continente organizando una derecha iberoamericana. Aquí les vemos actuando. El fascismo de siempre dándole un tiro en la cabeza a un trabajador mientras le grita: ¡Para que aprendas, fascista! Capriles, el PP y el fascismo de siempre.
Fuente: http://www.comiendotierra.es/2013/04/16/capriles-el-pp-y-el-fascismo-de-siempre/

martes, 16 de abril de 2013

El Crimen de emigrar


Animal político

Especial Migrantes: 250 mil mexicanos están detenidos en Estados Unidos por haber cruzado la frontera sin autorización

Cuando Alberta Patlán llegó a Estados Unidos, en 1990, cruzó caminando la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso. Tenía 20 años y nunca había salido de Atlixco, el municipio donde nació. En la mente repasaba la recomendación del “pollero” (traficante de personas a través de la frontera).

–Si ve a la ‘migra’, corra pa’ México lo más rápido que pueda.

Sin embargo, la Patrulla Fronteriza jamás apareció. Eran otros tiempos.

El año pasado, cuando un oficial de migración descubrió que era indocumentada, Alberta, de 51 años, quedó bajo arresto. No cometió ningún crimen violento. Tampoco robó ni estafó, pero fue enviada a un centro de detención neoyorquino que guarda las formas de una cárcel. Ahí, esta madre y esposa poblana estuvo recluida por más de un mes.

Ahora, Alberta está varada en Tijuana. En febrero la deportaron y hoy intenta regresar a Brooklyn, Nueva York. Allá la esperan su hija de 10 años, su esposo y su vida entera. Pero cruzar la frontera sin documentos nunca había sido más difícil que ahora.

En 2005, Estados Unidos actualizó y endureció sus estrategias para vigilar sus fronteras. Según cifras oficiales, los detenidos por cruzar los límites con México sin documentos, están en niveles que no se habían visto desde 1972. Si bien, los operativos han contenido la migración indocumentada, académicos y organizaciones de ambos países están atentos al creciente número de mexicanos que, como Alberta, son encarcelados sin más delito que haber violado las leyes migratorias.

363 mil migrantes fueron puestos en prisión obligatoria en 2010. La cifra representa un aumento de 500% respecto a 1996. Los deportados son especialmente vulnerables a caer en prisión, pues en su haber cuentan con una o más violaciones a las leyes migratorias.

Tras regresar a México, los “removidos” –como los clasifica la autoridad estadounidense– tardan de tres a seis meses en poner en marcha nuevos planes para cruzar la frontera, según explica Oscar Chacón, director de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas. La organización promueve en Estados Unidos la humanización del debate migratorio.

La práctica reiterada de encarcelar a personas que entraron a un país sin autorización se conoce como “prisión obligatoria”. Organizaciones sociales en todo el mundo la consideran poco ética, inhumana, e incluso ilegal, cuando el encarcelamiento se prolonga, sin embargo, está contemplada en las leyes de Estados Unidos y México.

En aquel país, es legal desde 1988.

La promesa de Obama

Cada año, Estados Unidos encarcela a 400 mil migrantes que se internaron a su territorio sin autorización. Para ello tiene más de 900 centros de detención, aunque entre 2007 y 2009 sólo se encontraban activos unos 350. La capacidad de los centros en funcionamiento es de 33 mil 400 personas.

Aunque ningún otro país tiene más instalaciones para ejecutar la “prisión obligatoria”, los centros de detención son prisiones operadas por terceros, penales federales, estatales y de los condados, centros de detención juveniles, entre otros, de acuerdo con el proyecto Global Detention.

En 2009, una investigación de la agencia Associated Press reveló que en enero de ese año, de 32 mil detenidos, 18 mil 690 no tenían antecedentes criminales, y de ellos, 400 llevaban más de un año bajo arresto.

“Las instalaciones de detención están plagadas de problemas, que incluyen denuncias de abuso físico, cuidados médicos inadecuados, falta de acceso a abogados y el confinamiento de detenidos por faltas administrativas junto a criminales convictos”, reporta Global Detention en su último informe.

La organización Detention Watch Network (DWN) estima que mantener a cada detenido cuesta en promedio 122 dólares al día. Con la economía estadounidense en recesión, el costo es uno de los argumentos que esgrimen para despresurizar los centros, pero los principales, son humanitarios.

“El sistema cobra una triste cuota física y emocional a las comunidades de migrantes a expensas de los contribuyentes”, reza una carta enviada por DWN al Presidente Barack Obama en noviembre del año pasado. En la misiva exigieron el cierre de 10 centros de detención donde documentaron decenas abusos.

“Roberto Medina Martínez, un inmigrante de 39 años, murió en marzo de 2009 en el centro de detención Stewart (Georgia), por un mal cardiaco tratable”.

“En la cárcel del condado de Hudson (Nueva Jersey), una mujer seropositiva no recibió medicamento adecuado sino hasta que intervino una organización local”.

“Un hombre con serios problemas de salud emocional fue puesto en confinamiento solitario por meses en el Centro de Procesamiento de Houston, Texas”.

En 2009, el gobierno de Barack Obama reconoció estas injusticias y prometió reformar el sistema de detención de inmigrantes. Mientras este y otros aspectos se esperan en la Reforma Migratoria que se presentará próximamente, en California, Texas, Florida y Nueva Jersey, organizaciones civiles ya tienen noticias de liberaciones de migrantes. No obstante, el motivo ha sido recortar el gasto y no la humanización de las políticas.

“La detención obligatoria separa a los padres de sus hijos, priva a los negocios de sus empleados y esparce el miedo en los barrios del país. Estos programas son el motor detrás del rápido crecimiento de los arrestos de migrantes y han añadido presiones al sistema”, denuncia DNW.

Sin embargo, el riesgo a las detenciones y sus consecuencias, no borran los planes de los retornados de cruzar la frontera una vez más.

“Para los migrantes, retornar a casa no es regresar a México, sino a Estados Unidos”, dice el investigador del Colegio de Michoacán, Ariel Mujica. Y en efecto. Cuando los migrantes escuchan las palabra “volver”, rara vez la asocian con su país de origen. Para ellos, la palabra apunta al norte. Donde hicieron, si no la mayor parte de su vida, sí la más productiva.

Cada uno de los retornados que Animal Político entrevistó para esta serie, tiene intención de regresar ‘al otro lado’ tarde o temprano. Los más chicos, sean o no norteamericanos, esperan la mayoría de edad. Algunos, que el crimen organizado despeje las rutas. Otros, que sus hijos terminen el año escolar, pero todos, a su modo, repiten lo que cree Juana Rivas, migrante capitalina. Sentada en un albergue de Tijuana, y esperanzada a cruzar a San Diego a sus 52 años, la mujer dijo:

“Eso de que México recibe a los paisanos con los brazos abiertos es una mentira”.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/2013/04/la-traicion-de-mexico/#axzz2QTPJjpCn

lunes, 15 de abril de 2013

El huevo y la gallina universal

Para ser un 70% de agua, como sucede con el primate bípedo lector, es indispensable la previa existencia del agua. Lo que nos constituye es anterior a nosotros. Por consiguiente, Dios no puede ser un ser vivo consciente creador de todo. Para que él exista es necesario que existan previamente la energía o la materia X de la que estaría hecho. Sólo hay un creador: materia y energía en evolución. Darwin y Walace fueron sus descubridores a nivel de los seres vivos. Los panteístas, a nivel de la materia y la energía. Los seres vivos conscientes o inconscientes somos hijos de ambas.

Esclavitud actual y pasada

En la esclavitud el mercado libre incluía a los esclavos como una mercancia más a intercambiar, ahora el capitalismo burgués incluye a los asalariados como una mercancía más barata cuando su oferta es mayor que la demanda de trabajo. En la esclavitud te vendían, en el capitalismo burgués te vendes tú mismo a cambio de un porcentaje menor de lo que en realidad produces, plusvalía Y cuando viene una crisis recibes el premio del despido sin demasiadas contemplaciones. Sobras en el globo y te arrojan por la borda¿Qué Provoca las Crisis? Efecto Mariposa

El capitalismo burgués es otra forma de esclavitud, la más perfecta ya que el esclavo se cree libre

Poco importa la proclamación del trabajo, porque con el nombre de proletariado el esclavo perdura. El que carece de propiedad en nuestras sociedades individualistas, vive obligado a someter su libertad y su fuerza productora al que mejor le pague. El salario es el precio de la servidumbre. Se contrata actualmente en el mercado público al jornalero poco más o menos como se contrataba antes al esclavo. Si la demanda sobrepuja a la oferta, el obrero puede hacerse pagar regularmente el alquiler de la fuerza. Si la demanda es inferior a la oferta, el precío del alquiler baja y queda a unos cuantos la libertad de despedazarse en la disputa por el apetecido mendrugo. Los más deben resignarse a perecer de hambre. Tal es el resultado efectivo de las conquistas democráticas. . Ricardo Mella Cea. Escrito en 1904.

Antigua Grecia

El término Antigua Grecia se refiere al período de la historia de Grecia que abarca desde la Edad Oscura de Grecia ca. 1200 a. C. y la invasión dórica, hasta el año 146 a. C. y la conquista romana de Grecia tras la batalla de Corinto. Se considera generalmente como la cultura seminal que sirvió de base a la civilización occidental. La cultura de Grecia tuvo una poderosa influencia sobre el Imperio romano, el cual la difundió a través de muchos de sus territorios de Europa. La civilización de los antiguos griegos ha sido enormemente influyente para la lengua, la política, los sistemas educativos, la filosofía, la ciencia y las artes, dando origen a la corriente renacentista de los siglos XV y XVI en Europa Occidental, y resurgiendo también durante los movimientos neoclásicos de los siglos XVIII y XIX en Europa y América. La civilización griega fue básicamente marítima, comercial y expansiva. Una realidad histórica en la que el componente geográfico jugó un papel crucial en la medida en que las características físicas del sur de la península de los Balcanes, por su accidentado relieve, dificultaban la actividad agrícola y las comunicaciones internas, y por su dilatada longitud de costas, favorecieron su expansión hacia ultramar. Un fenómeno sobre el que incidirían también de forma sustancial la presión demográfica originada por las sucesivas oleadas de pueblos (entre ellos aqueos, jonios y dorios) a lo largo del III y II milenios a. C.
Tras las civilizaciones minoica y micénica, en los siglos oscuros (entre el XIII y el XII a. C.) la fragmentación existente en la Hélade constituirá el marco en el que se desarrollarán pequeños núcleos políticos organizados en ciudades, las polis.
A lo largo del período arcaico (siglos VIII al V a. C.) y del clásico (siglo V a. C.), las polis fueron la verdadera unidad política, con sus instituciones, costumbres y sus leyes, y se constituyeron como el elemento identificador de una época. En el período arcaico ya se perfiló el protagonismo de dos ciudades, Esparta y Atenas, con modelos de organización política extremos entre el régimen aristocrático y la democracia. La actividad de las polis hacia ultramar fue un elemento importante de su propia existencia y dio lugar a luchas hegemónicas entre ellas y al desarrollo de un proceso de expansión colonial por la cuenca mediterránea. La decadencia de las polis favoreció su absorción por el reino de Macedonia a mediados del siglo IV a. C. y el inicio de un período con unas connotaciones nuevas, el helenístico, por el que la unificación de Grecia daría paso con Alejandro Magno a la construcción de un Imperio, sometiendo al Imperio aqueménida y al egipcio. En opinión de algunos especialistas, en esta fase la historia de Grecia volvía a formar parte de la historia de Oriente y se consumaría la síntesis entre el helenismo y el orientalismo.

Índice

Cronología de antigua Grecía

Algunos historiadores consideran que los primeros Juegos Olímpicos Antiguos en el 776 a. C. señalan el comienzo del período conocido como la Antigua Grecia. Entre el fin del período micénico y los primeros olímpicos transcurre una época llamada la Edad Oscura de Grecia, de la cual no existe ningún escrito y quedan pocas reliquias arqueológicas. Hoy en día, este período se incluye en el término Antigua Grecia.
Tradicionalmente se consideraba que la época de la Antigua Grecia finalizaba con la muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C., dando comienzo al período helenístico.1 No obstante, se extiende el período de la Antigua Grecia muchas veces para incluir el tiempo hasta la conquista romana de 146 a. C. Algunos autores tratan la cronología de la Antigua Grecia como un continuo hasta la llegada del cristianismo en el siglo IV; pero esta opinión es poco convencional.
La Historia de la Antigua Grecia suele subdividirse en varios períodos según la alfarería y los sucesos políticos, sociales y culturales:2

Fuentes

Hay que tener cuidado con las fuentes de información cuando se trata de la historia de la Antigua Grecia. La mayoría de los historiadores y escritores políticos cuyas obras han sobrevivido ―principalmente Heródoto, Tucídides, Jenofonte, Demóstenes, Platón y Aristóteles― eran o atenienses o pro-atenienses. Por eso sabemos mucho más sobre la historia y la política de Atenas que de cualquier otra ciudad griega. Además, estos escritores se centran en la historia política, militar y diplomática; prestándole relativamente poca importancia a la historia económica ni social.3 Por tanto, las historias de la Antigua Grecia tienen que enfrentarse a estas limitaciones.

Contexto geográfico

El concepto de «antigua Grecia» comprende, desde una perspectiva geográfica, un conjunto de territorios diversos unidos por un mismo proceso histórico con base en los fuertes vínculos que sus pueblos mantuvieron y en los aspectos comunes que compartieron. Sus habitantes se referían a este conjunto como Hélade,4 y fueron los romanos quienes posteriormente le asignaron el nombre de Grecia.5
La Hélade tuvo su base en tres grandes regiones, dos de ellas continentales y, una tercera, insular. Las regiones continentales comprendían la península Balcánica y las tierras costeras del Asia Menor (actual Turquía); la insular, por su parte, incluía el conjunto de islas del mar Egeo (Creta, el archipiélago del Dodecaneso, el archipiélago de las Cícladas y las tierras cercanas a la costa asiática).4

Grecia continental europea

Grecia continental europea.
La zona septentrional de la península de los Balcanes, caracterizada por alternancia de relieve tabular y llanura esteparia, fue la zona de mayor contacto con el resto de Europa oriental. Allí se establecieron las antiguas Tesalia, Macedonia, Etolia, Acarnania y Epiro. La zona central, comunicada dificultosamente con la anterior a través de angostos desfiladeros y de un terreno igualmente irregular de macizos y llanuras, vio prosperar a las antiguas regiones de Dórida, Fócida, Beocia y Ática. La zona meridional, abundante en macizos y fosas y comunicada con la anterior a través del istmo de Corinto, comprendió a su vez las regiones de Acaya, Arcadia, Argólida, Laconia y Mesenia.4
Las características geomorfológicas de estas zonas favorecieron la diversificación de los recursos naturales y el fraccionamiento político, determinando la extensión reducida y las fronteras difusas de las polis, así como las peculiaridades de sus economías y vínculos recíprocos.6 La región del Ática contaba con minas de plata; Laconia, Beocia y Eubea poseían hierro; esta última, de igual manera, disponía de cobre, pero le era necesario obtener el estaño ―para la aleación del bronce― del extranjero. La región de Macedonia, por su parte, era rica en oro.6 La abundancia de la arcilla en la península favoreció el desarrollo de centros ceramistas y de la manufactura de objetos de gran valor humano agregado, claves en su comercio exterior; de igual manera sucedió con la piedra y el mármol, abundantes en dichas zonas rocosas.6

Grecia asiática

La colonización del Asia Menor respondió a los impulsos migratorios de los griegos europeos durante la época arcaica y se limitó a la ocupación de la faja litoral, distinguiéndose en ella tres grandes regiones: Eólida, Jonia y Dórida. La Eólida limitaba al norte con las costas del mar Negro y al sur con la desembocadura del río Hermo. Más al sur se estableció Jonia. Dórida se ubicó en la zona más meridional del litoral y ocupó la franja costera de un macizo de difícil acceso, con una costa abrupta y un suelo pobre.4
Exceptuando la Dórida, cuyas características geográficas actuaban negativamente en el desarrollo de la agricultura y, en contraposición, su cercanía y acceso a otras tierras de Oriente favorecían el desarrollo comercial de sus pueblos, las colonias griegas de la Grecia asiática poseían características orográficas, fluviales y climáticas favorables al trabajo de la tierra. Estas zonas, ricas en ríos y valles, fueron prósperas productoras de cereales, olivo, vid y hortalizas. Por otra parte, algunas de las regiones poseían gran cantidad de pinos y cedro, fundamentales para la construcción naval.4

Grecia insular

Las islas del Egeo representaron los puntos de contacto del mundo griego y actuaron como facilitadoras de las comunicaciones y el comercio. Eubea, separada por un estrecho canal de las costas orientales de Beocia y Ática (el estrecho de Euripo), se constituye de colinas onduladas con un suelo fértil, apto para los cultivos agrícolas, las actividades ganaderas y la extracción y el trabajo del cobre. Entre las islas Cícladas, por su parte, hay algunas de características volcánicas y otras de suelo fértil aptas para el cultivo de cítricos y vid. Algunas de ellas, como Paros, basaron su economía en la producción de mármol; Sifnos, por su parte, fue un importante centro de producción de plata en la época arcaica. Del archipiélago del Dodecaneso, conjunto de islas del sudoeste de Anatolia, destacan Samos e Icaria que, alternando terrenos montañosos con llanuras, propició la producción de cereales en estas últimas, así como de olivo y vid en las laderas. La isla de Rodas, del mismo archipiélago, fue escala obligada en las rutas comerciales con Egipto y Oriente Medio, convirtiéndose en un importante centro comercial. En todo caso, los terrenos del Dodecaneso son aún más fértiles que los de las Cícladas, en buena parte debido al clima húmedo y a la abundancia de lluvias. Al norte, entre las islas de Egeo oriental, destacan por su fertilidad agrícola Quíos y Lesbos.4
La isla de Creta, límite sur del mar Egeo, se caracteriza por su orografía accidentada, en ciertas zonas similar a la de la Grecia meridional europea. Al norte, las extensas llanuras hicieron posible el desarrollo de la agricultura mediterránea; sus bahías, constituyeron lugares idóneos para la navegación y el desarrollo comercial, así como para la pesca, otra de las actividades primarias de su subsistencia. El terreno montañoso existente más al sur, y los bosques en él existentes, propiciaron la producción de madera, mientras que sus montes bajos hicieron de terreno ideal para el ejercicio de la ganadería extensiva y la caza (esta última fue decisiva en la economía de las civilizaciones neolíticas). En conjunto, la extensión de la isla, su variedad de recursos (mineros, agrícolas, ganaderos y pesqueros) y su localización comercial estratégica, hicieron posible que se desarrollase en ella una civilización propia de la isla.4

Historia

Civilización prehistórica y la Edad del Bronce

Los primeros hallazgos de vida humana en territorio griego constatan la existencia de poblaciones autóctonas en el paleolítico, hacia el 70.000 a. C.7 Alrededor del 6000 a. C. ―en los albores del neolítico―, los pueblos nativos desarrollaron la agricultura y con ello se volvieron progresivamente sedentarios, extendieron la práctica de la alfarería y crearon instituciones políticas básicas.7 Posteriormente comenzaron a utilizar el bronce, pero el refinamiento de su uso se produjo tras el contacto con poblaciones inmigrantes.
Se cree que las tribus que se convertirían en los griegos emigraron hacia el sur a los Balcanes en varias oleadas comenzando a mediados de la Edad del Bronce (alrededor de 2000 a. C.).8 Otras fuentes indican un proceso migratorio ya en el quinto milenio a. C., proveniente de Mesopotamia y Siria. Según éstas, los primeros inmigrantes encontraron habitantes nativos que dejaron a los recién llegados una gran cantidad de tradiciones; mientras que éstos llevaron a la zona la cultura de la alfarería, agricultura y una primera deidad de la fertilidad (que más tarde sería Deméter).9 Esta última versión, de ser exacta, negaría la existencia de un período neolítico en los pueblos autóctonos con anterioridad a la inmigración extranjera, situándolos en un período cultural más cercano al mesolítico.
Copa de oro micénica (circa 1500 a. C.).
El idioma protogriego se fecharía hacia el período que inmediatamente precedió a estas migraciones, ya sea a los finales del III milenio a. C. o a más tardar al siglo XVII a. C. La civilización de los protogriegos de la Edad del Bronce es generalmente conocida como heládica y precedió a lo que es conocido como «Antigua Grecia».
El período heládico, según algunos historiadores,10 puede ser dividido analíticamente en cuatro estadios bien delimitados:
  • Heládico antiguo (h. 2600 - h. 2000 a. C.). Conformado por poblaciones ceramistas de cultura agraria (posiblemente afines a carios y etruscos) que dominaban el territorio egeo; de lenguas no indoeuropeas.
  • Heládico medio (h. 2000 - h. 1600 a. C.). Conformado por poblaciones igualmente agrarias con pulimiento y enriquecimiento cromático de la cerámica. Comenzaron a usar el caballo y a realizar prácticas de inhumación de cadáveres (sin ofrendas).
  • Heládico reciente o Micénico antiguo (h. 1600 - h. 1400 a. C.). Período de sucesivas inmigraciones de pueblos ganaderos (aqueos, jonios), que conocían los metales, introdujeron el carro de guerra y el ámbar. Edificaron las fortalezas monumentales de Micenas, Tirinto y Pilos, y formaron urbes a sus alrededores. Comerciaban con Troya, Sicilia y la península itálica. Expandieron sus dominios y fundaron colonias en Mileto, Rodas, Panfilia, Licia y Chipre.
  • Micénico reciente (h. 1400 - h. 1150 a. C.). La llamada civilización micénica ―en consideración a la posición privilegiada y dominante de Micenas, tierra de los aqueos― alcanzó su apogeo en esta época, que ocupa un importante lugar en los famosos poemas épicos de Homero, la Ilíada y la Odisea. Esta cultura colapsó espectacularmente hacia 1150 a. C. pero la causa del colapso es desconocida y existen varias tesis al respecto. Una de ellas atribuye el derrumbe de la civilización micénica a la invasión de dorios, beocios y tesalios.10 Según esta tesis, luego de incendiar y destruir las fortalezas micénicas, las tribus invasoras saquearon y ocuparon sus tierras. Una segunda tesis sostiene igualmente una invasión, pero de los pueblos del mar; una tercera lo atribuye a un desastre natural y, una cuarta, a conflictos internos. Este proceso coincide con el final de la Edad del Bronce y el sucesivo ingreso de la cultura griega en un período de «oscuridad» arqueológica y documental.
Ruinas del palacio de Cnosos; según la leyenda, era la residencia del rey Minos.
Durante el período en que la Grecia peninsular todavía resplandecía bajo la impresionante cultura micénica, en la isla de Creta se producía el florecimiento de la civilización minoica cretense con capital en Cnosos (1600-1250 a. C.).11 Esta civilización debe su nombre al semilegendario rey Minos. Los cretenses comerciaban por todo el Mediterráneo y exportaban cerámica, tejidos, objetos de bronce y orfebrería. Es probable, por su parte, que la cultura micénica se viera influida por la minoica, particularmente en el período de mayor esplendor de esta última.7 La sensación de poderío de los reyes de Creta era tal que las ciudades, palacios y templos cretenses ni siquiera estaban rodeados por murallas.11 Las excavaciones han encontrado maravillosas evidencias del auge y avance tecnológico del que gozaban los minoicos en ese entonces: lujosos lavabos, instalaciones de ventilación, pozos higiénicos, filtros, elaboradas pinturas y escudos de armas. En esa época era frecuente que los hijos de príncipes extranjeros fueran enviados a luchar con un toro en forma de sacrificio, y en tal sentido son interpretadas las representaciones pictóricas de jóvenes de ambos sexos bailando alrededor de un toro o luchando con él.11 Por su parte, esta práctica tiene su claro punto de contacto mitológico con la leyenda del Minotauro, «toro de Minos», que recibía periódicamente el tributo de varios jóvenes atenienses para sacrificio.
La civilización minoica pereció poco antes que la micénica; algunas versiones señalan que fueron invadidos por estos últimos, mientras que otras se inclinan a afirmar que la desaparición del reino de Creta se debió a una catástrofe natural.11

Edad Oscura

Desde 1100 hasta el siglo VIII a. C. se conoce como la Edad Oscura ―siguiendo al colapso de la Edad del Bronce―. De esta etapa no ha sobrevivido ningún texto primario, y solamente queda escasa evidencia arqueológica. Unos textos secundarios y terciarios contienen breves cronologías y listas de los reyes de este período, incluyendo Historia por Heródoto, Descripción de Grecia por Pausanias, Biblioteca histórica por Diodoro Sículo y Chronicon por Jerónimo.
La carencia de documentos primarios se explica por la virtual desaparición del sistema de escritura micénico (Lineal B). En la cultura micénica, dicho sistema estaba restringido a pequeños círculos, particularmente a los escribas de los palacios, que tenían a su cargo el grabado de recuentos de movimiento y distribución de bienes; hundida la economía micénica, ya no fueron necesarias personas que realizaran dicha tarea.12 Las tradiciones y leyendas sobrevivieron, desde la Edad del Bronce hasta la Época Arcaica, gracias exclusivamente a la transmisión oral.12
En la época se produjo una abrupta baja demográfica y una serie masiva de migraciones que determinaron el establecimiento de poblaciones espontáneas y poco organizadas en diferentes puntos de la Grecia continental, las islas Cícladas y el oeste de Asia menor. Estas migraciones tuvieron un carácter étnico; así, por ejemplo, los dorios ocuparon la mayor parte del Peloponeso, Grecia Central y Creta, mientras que los jonios colonizaron la mayor parte de las Cícladas.13 Lo anterior se reflejó en el idioma, que derivó, asimismo, en multitud de dialectos.13
La economía, floreciente en el período micénico, se vio reducida a la agricultura, sustentada por esclavos, jornaleros (thêtes) y aparceros (hektemoroi).10 Se generalizó la pobreza y la escasez del ganado, que fue adquirido por unos pocos terratenientes.10 No hay registro de Estados organizados políticamente en esta época y mucho menos de las estructuradas normas de tipo micénico, que regulaban la economía y aseguraban una relativa distribución de la riqueza, permitiendo que la vida diaria de los agricultores, pastores y ceramistas resultase tolerable.14 En este contexto, los trabajadores de la tierra se dedicaron a la agricultura de subsistencia, organizados en pequeñas comunidades que raramente excedían las veinte personas.14 La necesidad de nuevas pasturas para los animales produjo a su vez un incremento del nomadismo.14 En el ámbito religioso, continuaron los cultos micénicos.10 En el terreno del arte y la cerámica, se produjo un empobrecimiento de las formas micénicas; generándose posteriormente dos períodos arqueológicos: el protogeométrico (1050-950 a. C.) y el geométrico (950-700 a. C.), que harían evolucionar lentamente la calidad y técnica artesanales hasta concluir, ya en los albores de la Época Arcaica, en un mundo ornamental nuevo y plenamente desarrollado.10 La evolución mencionada durante estos períodos se limita casi exclusivamente a la cerámica; no existe evidencia de que se hayan erigido monumentos durante la Edad Oscura ―práctica común durante la época micénica― y las representaciones antropomórficas fueron usualmente grabadas en ánforas.14 En el ámbito de la arquitectura, se abandonó la construcción en piedra.7
Atenas fue la excepción a la regla del derrumbe de la civilización. Su acrópolis, centro civilizado en los últimos tiempos de la Edad del Bronce, no sufrió daños, y transitó la «Edad Oscura» en el marco de una prosperidad relativa.15 Sin embargo, sus instituciones societales y políticas no lograron salir airosas de este período y, en los albores de la «Época arcaica», Atenas había perdido el acervo cultural sociopolítico acumulado en el período micénico, viéndose obligada a reconstruir sus instituciones sin mucho más que la monogamia como sustento institucional heredado.15

Época arcaica

En el siglo VIII a. C., Grecia empezó a salir de la Edad Oscura que siguió a la caída de la civilización micénica. Al pueblo le faltaba alfabetización y se había olvidado el sistema de escritura micénico, Lineal B. Pero los griegos adoptaron el alfabeto fenicio y lo modificaron para crear el alfabeto griego.16 17 A partir del siglo IX a. C.18 ―según algunos autores, específicamente en el VIII a. C.―19 empezaron a aparecer escritos. Grecia se dividió en muchas comunidades autónomas pequeñas. Esta pauta fue impuesta en gran parte por la geografía griega, donde cada isla, valle y llanura se aísla de las demás por el mar o las sierras.20 Como producto directo de las migraciones previas, dichas comunidades mostraban un carácter étnico: durante el siglo VII surgió Argos, habitada por dorios, como una de las ciudadades principales del Peloponeso.21 Dicha ciudad fue cediendo gradualmente influencia a su rival Esparta, también dórica.21 Por su parte, Atenas se convirtió en la residencia principal de los jonios en los Balcanes.22
Moneda ateniense temprana, siglo V a. C. Museo Británico.
La primera mitad del siglo VII a. C. vio la Guerra Lelantina (hacia el 710 - hacia el 650 a. C.), un conflicto prolongado que se distingue como la guerra documentada más temprana del período de la Antigua Grecia. Se luchó entre las ciudades-estado entonces importantes Calcis y Eretria sobre la llanura lelantina fértil de Euboea. Ambas ciudades parecen haber sufrido declives por resultado de esta larga guerra, aunque Calcis fue el vencedor nominal.
En la primera mitad del siglo VII surgió una clase mercantil y, en el correr del siglo VI, se comenzó a utilizar monedas (probablemente por imitación a los lidios), aunque serían necesarios siglos para el desarrollo de una economía monetaria plena.17 Parece haberse gestado tensión en muchas ciudades-estado. Los régimenes aristocráticos que por lo general gobernaban las llamadas polis se sentían amenazados por la nueva riqueza de los comerciantes, que a su vez deseaban poder político. A partir de 650 a. C., las aristocracias tenían que luchar para evitar ser derrocadas y reemplazadas por tiranos populistas. La palabra se deriva de la palabra griega no peyorativa τύραννος tyrannos, que significa «soberano ilegítimo», aunque se podía aplicar tanto a buenos como malos líderes.23 24
Una población cada vez mayor y la falta de tierras provocaron conflictos internos entre los pobres y los ricos en muchas ciudades-estado. En Esparta, las guerras mesenias resultaron en la conquista de Mesenia y la esclavitud de los mesenios, a partir de la segunda mitad del siglo VIII a. C., constituyendo un acto sin precedentes en la Antigua Grecia. Esta práctica produjo una revolución social.25 La población subyugada, desde entonces conocida como hilotas, labraban y trabajaban para Esparta, mientras todos los ciudadanos varones se convertían en soldados de un estado permanentemente militarizado. Aún las élites eran obligadas a vivir y a entrenarse como soldados; esta igualdad entre los pobres y los ricos servía para distender los conflictos sociales. Las reformas precedentes, atribuidas al enigmático Licurgo de Esparta fueron probablemente completadas antes de 650 a. C.
Atenas, por su parte, sufrió falta de tierras y una crisis agraria a finales del siglo VII, también resultando en conflictos civiles. El arconte (magistrado) Dracón promulgó reformas severas en 621 a. C. (de ahí la palabra moderna «draconiano»), pero estas no pudieron acallar el conflicto. Al final las reformas moderadas de Solón (594 a. C.) le dieron a Atenas cierta estabilidad, mejorando la vida de los pobres aún cuando afianzaron a la aristocracia en el poder.
El mundo griego a mediados del siglo VI a. C.
Para el siglo VI a. C. varias ciudades se habían vuelto dominantes en la civilización griega: Atenas, Esparta, Corinto y Tebas. Cada una había puesto las áreas rurales y los pueblos menores a su alrededor bajo su control. Además, Atenas y Corinto se habían convertido en grandes potencias marítimas y mercantiles.
Los rápidos aumentos de población en los siglos VIII y VII desencadenaron un fenómeno emigratorio que afectó a muchos griegos, estableciendo éstos colonias en Magna Grecia (Mezzogiorno), Asia Menor y más lejos (ver abajo). La emigración cesó finalmente en el siglo VI. Para entonces el mundo griego había difundido su cultura y su lengua en una extensión que superaba ampliamente los límites de la actual Grecia. Las colonias griegas no eran controladas políticamente por las ciudades que las habían fundado, aunque muchas veces mantenían vínculos religiosos y comerciales entre ellas.
Durante este período, grandes desarrollos económicos ocurrieron en Grecia y también en sus colonias de ultramar, que experimentaron crecimiento en el comercio y la manufactura. El nivel de vida de la población también mejoró enormemente. Algunos estudios estiman que la casa griega típica aumentó cinco veces de tamaño entre 800 y 300 a. C., indicando un gran aumento en el ingreso promedio de la población.[cita requerida]
En la segunda mitad del siglo VI, Atenas cayó bajo la tiranía de Pisístrato, y luego de sus herederos Hipias e Hiparco. Sin embargo, en 510 a. C., por pedido del aristócrata Clístenes de Atenas, el rey espartano Cleómenes I ayudó a los atenienses a derrocar la tiranía. Poco después, empero, Esparta y Atenas iniciaron relaciones hostiles, y Cleómenes I instauró a Iságoras como arconte pro-espartano. Con el objetivo de evitar que Atenas se convirtiera en un «gobierno de paja» bajo el reinado espartano, Clístenes propuso a sus conciudadanos atenienses que Atenas sufriera una revolución política, que todos los ciudadanos compartieran el poder independientemente de su estatus, que Atenas se volviera una «democracia». Los atenienses abrazaron esta idea con tantas ganas que después de derrocar a Iságoras e implementar las reformas de Clístenes, pudieron repeler fácilmente una invasión a tres frentes que los espartanos condujeron para reinstaurar a Iságoras.26 La llegada de la democracia resolvió muchos de los problemas de Atenas, dando inicio a una «edad de oro» para los atenienses.

Grecia clásica

Siglo V a. C.

Atenas y Esparta pronto tendrían que aliarse ante la mayor amenaza a la que la Antigua Grecia se enfrentaría hasta la conquista romana. Después de aplastar la revuelta jónica, una rebelión de las ciudades griegas de Jonia, Darío I de Persia, rey de los reyes de la Dinastía aqueménida, decidió subyugar Grecia. Su invasión en el 490 a. C. fue sofocada por la heroica victoria ateniense en la batalla de Maratón bajo Milcíades el Joven. Jerjes I de Persia, heredero de Darío I, intentó su propia invasión diez años después. Pero a pesar del número abrumador de soldados en su ejército, Jerjes I fue derrotado después de la batalla de retaguardia famosa de las Termópilas y las victorias por los griegos aliados en las batallas de Salamina y Platea. Las Guerras Médicas continuaron hasta 449 a. C., conducidas por los atenienses y su Confederación de Delos, durante las que Macedonia, Tracia, las Islas del Egeo y Jonia fueron liberadas de la influencia de Persia.
Liga de Delos («Imperio Ateniense»), inmediatamente antes de la guerra del Peloponeso en el 431 a. C.
La posición entonces dominante del «imperio» ateniense marítimo amenazó a Esparta y a la Liga del Peloponeso, compuesta de ciudades de Grecia continental. Inevitablemente, encendió la guerra del Peloponeso (431-404 a. C.). Aunque la inmensa mayoría de la guerra fue un punto muerto, Atenas sufrió varios reveses durante el conflicto. Una gran peste en el 430 a. C., seguida por una campaña militar desastrosa llamada la expedición a Sicilia, debilitó severamente a Atenas.27 Esparta provocó una rebelión entre los aliados de Atenas, debilitando aún más la capacidad ateniense de hacer la guerra. El momento decisivo llegó en el 405 a. C. cuando Esparta cortó las provisiones de grano del Helesponto a Atenas. Obligada a atacar, la armada ateniense paralizada fue decisivamente vencida por los espartanos bajo el mando de Lisandro en Egospótamos. En 404 a. C. Atenas demandó la paz, y Esparta dictó un acuerdo previsiblemente severo: Atenas perdió sus murallas (incluyendo los Muros Largos), su armada y todas sus pertenencias en ultramar. Keer más: http://es.wikipedia.org/wiki/Antigua_Grecia